Investigadores de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos) escriben en «The New England Journal of Medicine» que los pacientes que experimentan dolor torácico tras haber consumido cocaína y no presentan elevado riesgo cardíaco pueden ser tratados del mismo modo que el resto de personas sanas que refieren dolor torácico.

No obstante, añaden que si los primeros continúan consumiendo cocaína se enfrentan a un riesgo elevado de infarto de miocardio, por lo que debería ofrecerse tratamiento de deshabituación.

«Se sabe desde hace tiempo que la cocaína causa cardiopatía –comentan los autores- pero no estaba claro cómo debía ser el tratamiento de aquellos que experimentan dolor torácico tras su consumo».

En su estudio, con 344 pacientes, señalan que 42 considerados de alto riesgo cardiovascular fueron ingresados en el hospital. Casi la mitad de estos fue diagnosticado finalmente de síndrome coronario agudo. De los 302 restantes, que estuvieron bajo observación entre 9 y 12 horas antes de ser dados de alta, ninguno falleció por enfermedad cardiovascular en los 30 días siguientes. Cuatro pacientes experimentaron un infarto no fatal, pero todos ellos habían consumido cocaína tras ser dados de alta y todos presentaban al menos dos factores de riesgo cardíaco.

En estos casos, a juicio de los autores, es necesario abandonar el consumo de la droga para reducir futuros episodios cardíacos.