El estado más poblado de Australia tiene planes de permitir que las personas enfermas de gravedad usen la marihuana como medicamento, después de haber probado la droga como calmante en varias partes de Estados Unidos, Canadá y Europa.

El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Bob Carr, propuso un período de prueba de cuatro años, lo que provocó la ira de activistas en contra del uso de drogas, a pesar de que Carr prometió mantener la prohibición de la marihuana para otros usos no terapéuticos.

«Lo de la marihuana no es una revolución social», dijo el miércoles Carr, del Partido Laborista de centro izquierda.

«Esto es un método para hacer algo compasivo por quienes viven con esclerosis múltiple o reciben quimioterapia», añadió.

Bajo esta política, que se espera sea aprobada y entre en vigor a final de año, los que sufren de cáncer, sida, esclerosis múltiple y otras enfermedades graves pueden inscribirse para usar marihuana como calmante. Aún no se ha decidido, sin embargo, en qué forma de distribuirá.

Las personas menores de edad y aquellas que hayan sido sancionadas por delitos relacionados con las drogas en Nueva Gales del Sur, donde vive aproximadamente un tercio de los 19 millones de habitantes de Australia, no tendrán acceso al programa.

Los grupos a favor de la legalización de la marihuana, que han criticado fieramente al gobierno de Carr por su política de cero tolerancia con el consumo de marihuana y por leyes que permiten a la policía valerse de perros para detectar la droga en las calles y los bares, le dieron la bienvenida al programa.