El Gobierno de Canadá distribuirá marihuana al precio de 3,7 dólares el gramo entre las cerca de 600 personas que han sido autorizadas en su país para consumir cannabis con fines medicinales. El Ministerio de Sanidad canadiense ha anunciado la puesta en marcha de una serie de medidas provisionales, «a la espera de que los tribunales clarifiquen el papel y las responsabilidades del Gobierno de Canadá con respecto a la provisión de marihuana para fines medicinales».

Entre las medidas anunciadas, Ottawa venderá semillas de cannabis a aquellas personas que no cuentan con plantas para producir marihuana y distribuirá el producto final a aquellos individuos que no puedan producirlo por sí mismos.

Ottawa venderá las hojas de marihuana a 3,7 dólares el gramo, mientras que un paquete de 30 semillas costará 15 dólares, según ha indicado la portavoz del Ministerio de Sanidad, Cindy Cripps-Prawak.

Cripps-Prawak también ha explicado que Ottawa proporcionará la marihuana cada dos semanas o una vez al mes y que la concentración de THC, el ingrediente psicotrópico del cannabis, será del 10%. El Ministerio de Sanidad ha recomendado a los futuros usuarios que no fumen la marihuana, sino que la incorporen a infusiones o en alimentos.

Desde el año pasado el Gobierno canadiense produce unos 250 kilogramos al año de marihuana en una mina subterránea en la provincia de Manitoba, pero el plan de distribución aprobado en 2001 por el anterior ministro de Salud, Allan Rock, fue suspendido en 2002 por la actual titular de la cartera, Anne McLellan.

Aunque McLellan, anterior ministra de Justicia, señaló que Ottawa no distribuiría marihuana hasta que se completasen estudios para probar la seguridad y eficacia de la droga para fines medicinales, la decisión anunciada ahora supone un nuevo cambio en la política gubernamental.

McLellan ha señalado en un comunicado que «como ministra de Sanidad, mi primera obligación es asegurar la seguridad y eficacia de este producto. No se ha probado que la marihuana sea un producto terapéutico. Por lo tanto, sigo comprometida con el programa de investigación de marihuana con fines medicinales».

El Ministerio de Sanidad ha especificado que las medidas anunciadas «pueden ser modificadas o suspendidas en cualquier momento», aunque anticipa que estarán en vigor hasta que los tribunales del país clarifiquen la situación del Gobierno en la distribución de la droga.

El Gobierno canadiense se vio obligado en 2001 a autorizar de forma restringida el uso medicinal de marihuana después que distintos tribunales de Ontario y Alberta sentenciasen que el Ministerio de Sanidad debía permitir el cultivo y consumo de cannabis para enfermos.

Pero la medida ha encontrado fuerte oposición en sectores políticos, policiales y médicos del país, que han cuestionado la efectividad médica de la planta. Además, Estados Unidos se ha mostrado especialmente contrariado por lo que considera permisividad canadiense en la lucha antidrogas, y ha amenazado con represalias comerciales si Ottawa sigue adelante con planes para flexibilizar el uso de la marihuana.