La Dirección General de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Provincia de Buenos Aires, ha elaborado un informe en donde establece que la sustancia conocida como paco no es tal, y que se trataría de cocaína estirada con distintos agregados en escasa proporción que lo lleva a tener un escaso valor de mercado.

El análisis del área especializada en el tema, dentro de la fuerza policial de la Provincia surge con el fin de aclarar algunos conceptos sobre el paco, que habitualmente son mal utilizados por el común de la gente, de la prensa e incluso, algunos policías.

En el informe se establece que el paco es una sustancia estupefaciente que aparece como residuo en la primera fase de elaboración de clorohidrato de cocaína. Resulta altamente tóxica, y su presencia en el mercado ilícito se relaciona directamente a zonas de cultivo y procesamiento de hojas de coca, condiciones que no son favorables para la zona.

Además, se explica que esta sustancia estupefaciente, también conocida en Brasil como basuco, no es tal, sino que se trataría de cocaína estirada con sustancias de corte, y a su vez fraccionada en cantidades inferiores al décimo gramo. De allí su reducido valor, entre 0,50 centavos y 1 peso, que facilita la inserción en el circuito de consumo.

«La droga de los pobres» tal como se conoció a este estupefaciente en nuestro país en su aparición, tiene sus similares en otros puntos de Latinoamérica, como el caso de Bolivia, en donde lo conoce como pitillo, o baserolo en Ecuador y susuki en Colombia.

La misma se obtiene a partir de la primera fase en la producción de clorhidrato de cocaína, de donde surge una pasta cruda o sulfato de cocaína la cual es altamente tóxica con efectos devastadores en la salud, como la destrucción neuronal, por la acción de los solventes que se incorporaron en este primer paso.

En tanto que su aspecto varía de acuerdo a las sustancias que se incorporan, ya sea durante el proceso de obtención de pasta base, impura o bien durante el proceso de corte o estiramiento callejero de esta sustancia residual (con polvo de ladrillo).

El resultado de la misma es un sólido granulado cuya coloración va del blanco grisáceo al tono café y contiene algún porcentaje de alcaloide pero en su mayor parte está compuesto de residuos propios del proceso de elaboración de la pasta básica. Es más barato que el clorhidrato y se consume fumándolo con tabaco o marihuana.

Pequeñas cantidades

Esta sustancia que habitualmente se comercializa y se consume, preferentemente en los barrios de emergencia del Gran Buenos Aires ha sido motivo de estudio de este informe realizado por la dependencia de la Policía Bonaerense.

En los distintos operativos realizados en el sector de incumbencia de dicha área, se incautó droga, que al momento de la pesquisa se comercializaba bajo la denominación paco.

Los resultados y análisis del informe puede establecerse que en su mayoría, los vendedores de esta droga utilizan pequeños trozos de papel, generalmente de diarios y revistas, como contenedor de minúsculas cantidades de la sustancia, inclusive inferiores a 1/10 de gramo, es decir (0,04 gramos).

Inclusive, se han detectado recortes de páginas de guías telefónicas, por cuanto se presume que se eligió este material para facilitar el acceso a gran volumen de papel en poco espacio, al menos así se pudieron observar en distintas fotografías publicadas por varios informes periodísticos del tema.

La lucha antidrogas

«La Dirección General de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas como organismo superior de conducción, coordinación y control, se encuentra estructurado y especializado en función de prevenir y reprimir las diferentes formas delictivas de alta complejidad, la narcocriminalidad en todas sus etapas, y el crimen asociativo», este párrafo pertenece al artículo 2º de la organización policial de la Provincia de Buenos Aires dedicado a la misión que tiene la fuerza.

Las anteriores denominaciones fueron: Toxicomanía (1987-1989, con el rango de Dirección, dependía de la Dirección General de Investigaciones y poseía asiento en Ramos Mejía. Tenía además gabinetes de Toxicomanía).

Luego fue la Dirección General de Prevención y Represión del Narcotráfico y la Drogadependencia (1989-1998). Más tarde se convirtió en la Dirección General de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad, en abril de 1999.

En la actualidad, bajo el nombre de Dirección General de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas, se crearon estructuras como la Unidad Especial de Lucha contra el Narcotráfico y la Delegación de Enlace Aeroportuario, junto a 18 delegaciones y 3 subdelegaciones. Una de ellas corresponde a Quilmes, con 33 efectivos y 11 agentes especiales.