Proyecto Hombre advirtió hoy de que las actuaciones que la Policía lleva a cabo en los alrededores de los centros escolares para la detección del tráfico de drogas deben ir acompañadas de medidas educacionales específicas y de sensibilización entre los alumnos, padres y profesores, para que sean los propios adolescentes los que desistan del consumo y contribuyan al declive del «menudeo».

En declaraciones a Europa Press, el portavoz de Proyecto Hombre, Lino F. Salas, aseguró que la presión policial sobre el pequeño traficante de drogas «sólo será eficaz» si de forma paralela los centros escolares ponen en marcha programas de prevención entre los alumnos, que les transmitan los peligros para su salud que conlleva el consumo de drogas.

«Es imprescindible los jóvenes perciban que además de las acciones policiales se aborda desde el interior del centro el problema de la droga» explicó Salas, quien insistió en que la labor policial es fundamental para amedrentar a pequeños traficantes que merodean por los colegios para captar la atención de los adolescentes.

Desde la implantación del Plan de Control de Drogas en los centros escolares, hace seis meses, la Policía ha decomisado más de 500 gramos de drogas en las proximidades de los colegios de Baleares, de los cuales 358 gramos eran de hachís, 155 de cannabis, cinco de heroína y uno de cocaína. Más del 90 por ciento de las actuaciones se realizaron en Palma y el resto en Ibiza, Macacor, Mahón y Ciutadella.

En la actualidad, Proyecto Hombre atiende en Baleares a sesenta adolescentes de entre doce y dieciséis años involucrados en el consumo de drogas, siendo el hachís la sustancia preeminente entre los jóvenes de esa edad. La mayoría de ellos llegó al centro después de que sus familias hallaran restos de droga en sus pertenencias o advirtieran una conducta extraña.

Según subrayó el portavoz,»estos chicos todavía no son adictos, pero si no se les atiende a corto plazo tendrán problemas graves».

MÁS DE 5.000 ALUMNOS Y 200 PROFESORES

Con el fin de participar en esta importante labor educacional entre los jóvenes que evite su inicio en el consumo de las drogas, Proyecto Hombre lleva realizando desde hace cinco años un programa pedagógico continuo en centros escolares de Baleares que, mediante la participación de padres, alumnos y profesores, pretende inculcar entre los jóvenes la necesidad de mantenerse alejado de las drogas, para evitar caer en ellas.

En la actualidad, la entidad colabora con más de 5.000 alumnos y 200 profesores de Baleares, implicando a las familias de los estudiantes para poder realizar un trabajo «coordinado» que incida directamente en el ámbito familiar y escolar, con el fin de realizar una labor «verdaderamente eficaz». Salas recordó que en 2001 sólo 4 colegios de las islas se adhirieron al programa. Hoy son más de 40.

«La sociedad no puede permanecer como simple espectadora ante el tráfico de drogas y especialmente cuando afecta a menores que muchas veces están indefensos a la hora de enfrentarse a esta problemática», destacó Salas, quien explicó que la entidad impartió a principios de septiembre un curso intensivo de veinte horas de formación a los profesores de los centros colaboradores de las islas, y en la actualidad y durante todo el año escolar técnicos de Proyecto Hombre realizarán un seguimiento de la aplicación del programa.

«La postura de los jóvenes frente a la oferta de drogas debe ser muy firme y sólo convenciéndoles de los efectos perjudiciales para su salud física y mental conseguiremos este objetivo», recalcó Salas quien indicó que la droga que produce mayores problemas a este colectivo es el cannabis, seguido del alcohol y cocaína.

En lo que va de año, Proyecto Hombre ha atendido a un total de 180 familias que se dirigieron al centro para pedir ayuda, de laas cuales el 75 por ciento consiguieron llevar a sus hijos para que iniciaran un tratamiento. El portavoz señáló que en la mayoría de los casos, «los padres se muestran desorientados, piensan que sus hijos son drogadictos y desconocen las sustancias que toman».

Según explicó el portavoz, los padres hacen una valoración «positiva y satisfactoria» de la labor de la Policía a la hora de controlar el «menudeo» en los colegios. Aun así, puntualizó que los centros no son el único lugar de contacto de los jóvenes con las drogas, ya que son muchos los que «por curiosidad, presión del grupo de amigos o por problemas personales», precisó, se inician en el consumo fuera del entorno escolar.