Un proyecto en Diputados pretende crear un registro nacional para restringir el acceso de los adictos al juego a casas de azar, salas de apuestas y bingos. La inscripción a la lista será voluntaria o por pedido judicial de la familia

Un proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados propone crear un Registro Nacional para prohibir a personas que sufren de «ludopatía» o adicción al juego el ingreso a casinos, bingos, loterías y todo tipo de salas de apuestas.

La iniciativa del diputado Roddy Ingram (FPV- Chubut) advierte que la inclusión en el registro podría ser a petición voluntaria del interesado o por resolución judicial, a solicitud de la familia del jugador u otra persona con atribuciones legales para requerirlo.

La inquietud del legislador patagónico por los efectos de la ludopatía se puso por primera vez de manifiesto en la Cámara baja semanas atrás, cuando se le dio media sanción a un proyecto de su autoría para prohibir la instalación de cajeros automáticos en las salas de juego.

Ingram argumenta que, según la Organización Mundial de la Salud, cerca de dos tercios de la población adulta mundial participa de alguna forma en juegos de azar, pero sólo entre el 1 y el 1,5 por ciento pueden ser calificados como «jugadores patológicos».

El número se torna más alarmante si se considera que por cada jugador compulsivo hay entre 10 y 15 personas que sufren las consecuencias. En 1995, la Asociación Americana de Psiquiatría enumeró las circunstancias que definen una adicción al juego o ludopatía.

En términos simples, la persona ludópata tiene una notoria preocupación por el juego; necesita apostar cantidades crecientes para lograr la excitación deseada; fracasa repetidamente en los esfuerzos para controlar la compulsión; reincide en el azar para recuperar dinero perdido; engaña a la familia y el entorno sobre su adicción y hasta puede delinquir para seguir jugando o pagar deudas.

«Este proyecto -sostiene Ingram- proporcionará una gran ayuda a los ludópatas, algunos de los cuales han tenido hasta iniciativa propia en el pedido judicial de restricción que aquí se pretende crear por ley».

La propuesta para prevenir o combatir la patología del juego a través de la creación de un registro en el ámbito del Ministerio de Justicia de la Nación recoge una preocupación puntual que existe en Comodoro Rivadavia, donde el diputado vive.

Se trata de una ciudad que en los últimos años registró un notable crecimiento impulsado por la industria del petróleo, tiene una población con altos sueldos y una marcada predilección por los juegos de azar.

Esto se hizo patente un año y medio atrás cuando el casino privado que tiene Comodoro fue el segundo en volumen de dinero apostado, después de Mar de Plata.

La iniciativa ingresó a la Cámara baja en los primeros días de noviembre y de inmediato fue derivada a las comisiones de Justicia, que preside Luis Cigogna (FPV), y de Prevención de las Adicciones, a cargo de Lucía Garín de Tula (UCR). La idea de Ingram ya tiene antecedentes en la provincia de Buenos Aires y en Mendoza.

En el primer caso, a través de una resolución dictada este año se abrió en Lotería Bonaerense un Registro de Autoexclusión al ingreso de salas de azar, mientras que en Mendoza hay una medida similar que data de cinco años atrás.

Por otra parte, el diputado indica que es necesario que los familiares cuenten con un mecanismo legal «que les permita iniciar el camino para la recuperación de una situación económica estable» y ayude al ludópata a recuperarse prohibiéndole la entrada en los casinos, bingos, hipódromos y salones de juego en general de todo el país.

Ingram confía en que el establecimiento de un registro de ludópatas permitirá crear un sistema de comunicación directa entre los salones de juego, las autoridades de cada jurisdicción y el propio registro.