Una nueva investigación sugiere que un consumo elevado de cigarros y niveles muy altos de un virus potencialmente mortal, pueden combinarse y aumentar el riesgo de una mujer de desarrollar lesiones precancerosas en la cérvix.

Fumar y el virus del papiloma humano han sido relacionados antes con el cáncer, pero este estudio es el primero que toma en cuenta una combinación de fuerzas entre ambos factores, explicó el autor del estudio, doctor Anthony Gunnell, del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia.

«El riesgo de desarrollar un cáncer cervical maligno aumenta al mismo tiempo que la presencia de la carga del papiloma», detalló el doctor Gunnell.

«Más preoculante es, sin embargo, que el riesgo aumenta más con el hábito de fumar».

La Sociedad Estadounidense del Cáncer calcula que este año se diagnosticarán 9,710 casos de cáncer cervical en el país, y de ellos, 3,700 serán mortales. Sin embargo, el número de muertes descendió 74% entre 1955 y 1992, debido en gran parte a la creciente popularidad de las pruebas del Papanicolau, que sirve para detectar posibles señales de cáncer. Actualmente, existe incluso una vacuna para evitar la infección con el virus del papiloma humano y la mayoría de los casos de cáncer cervical.

Los especialistas en el tema creen que un considerable número de casos de cáncer cervical son causados por el virus del papiloma humano, el cual podría ser la enfermedad sexualmente transmitida más común. El virus del papiloma humano parece aumentar el riesgo de cáncer al causar inflamación.

En el nuevo estudio, publicado en la revista «Epidemiología del Cáncer, Biomarcadores y Prevención», los autores señalaron que parece haber una relación «sinérgica» entre el consumo excesivo del cigarro y los niveles elevados de una cepa específica del virus del papiloma humano. Las fumadoras que presentan señales de infección con el virus en su primera prueba de Papanicolau tuvieron 14 veces más probabilidades de mostrar lesiones precancerosas, en comparación con fumadoras que no estaban infectadas.

Además, las fumadoras consuetudinarias que tenían niveles elevados del virus en su primera prueba de detección, tuvieron 27 veces más probabilidades de tener lesiones precancerosas. Entre las mujeres no fumadoras, un nivel elevado del virus elevó el riesgo apenas seis veces.

Si bien no está claro cómo es que el cigarro aumenta el riesgo de cáncer cervical, pero afectaría al sistema inmunológico.