La Junta de Control de Juegos de Panamá prepara una ley para restringir el ingreso de jugadores compulsivos a los casinos, una actividad en auge en los últimos años tras la privatización de ese sector, informó hoy una fuente oficial.

El secretario de la entidad oficial, Raúl Cortizo, señaló a medios locales que la norma busca incrementar los requisitos para la apertura de nuevas salas de juego con el fin de evitar una saturación, sobre todo en esta capital.

Cortizo indicó que se utilizará en el proyecto de ley conceptos como ludopatía, jugadores compulsivos y autoprohibición.

El funcionario brindó esas explicaciones a periodistas locales durante la firma de un acuerdo entre la Asociación de Administradores de Juegos de Azar (Asaja) y la naciente Asociación de Ludópatas Anónimos de Panamá (Alapa).

La Alapa surgió ante el crecimiento de la población de jugadores compulsivos que acuden a los casinos donde pierden sus salarios, en una acción que afecta a sus familias.

La organización atenderá a quienes acudan en forma voluntaria a solicitar ayuda y promoverá la autoexclusión de jugadores compulsivos de las salas de juego.

Cortizo señaló que la nueva legislación estará enfocada en promover la llegada de turistas extranjeros a las salas de juego y desde 1997, cuando los casinos fueron privatizados, la industria entró en un auge sin precedentes.

Las máquinas tragamonedas instaladas en los casinos recibieron apuestas de 413 millones de dólares en 2005, para mantener una tendencia creciente en los últimos años, desde los 174 millones de dólares jugados por los ludópatas en 2000.

El gobierno del presidente Martín Torrijos sólo ha entregado un permiso para operar casinos, mientras mantiene congeladas otras peticiones, ante advertencias de varios sectores de que ha crecido el número de aficionados al juego para perjuicio de sus familias.

En la actualidad operan 14 casinos completos, ocho de ellos en la capital.