«Calculamos que este año las mafias afganas tienen opio para fabricar hasta 800 toneladas de heroína, que es un tercio más del consumo anual de este narcótico en Europa», dijo Christer Brannerud, funcionario de UNODC, a la prensa.

Subrayó que entre el 25 y 30 por ciento de la droga afgana sale por la llamada ruta del norte, a través de las repúblicas ex soviéticas rumbo a Rusia y Europa.

La ruta del norte abarca Tayikistán, Uzbekistán, y Turkmenistán, fronterizas con Afganistán, y también Kirguizistán y Kazajistán donde operan redes de distribución y laboratorios clandestinos.

Parte de esos estupefacientes afganos se queda en esos «países de tránsito», donde cada año crece la drogadicción, la criminalidad relacionada con el narcotráfico y la propagación de enfermedades como el sida.

Por su parte, Rustán Nazárov, director de la Agencia Antidroga de Tayikistán, afirmó que este año aumentará la superficie de los cultivos de adormidera en Afganistán y que es posible una cosecha récord de opio.

«Los servicios de seguridad de Afganistán y los países vecinos dedicados a combatir el narcotráfico tendremos un año muy difícil», afirmó Nazárov.

El funcionario recordó que el cultivo de la amapola de opio en Afganistán aumentó tras la caída del régimen Talibán en 2001 y el despliegue de las tropas de Estados Unidos y la OTAN.

Desde entonces, este cultivo es una de las principales actividades económicas del país, todavía en ruinas por la guerra.