La heroína se había convertido en la droga de la marginalidad. Casi nos habíamos olvidado de ella, pero ha vuelto con fuerzas renovadas. Lo certifican los datos de incautaciones, que han pasado de 150 kilos en 2005 a 450 durante este año, según datos policiales, y el aumento del consumo, pese a las cifras que recoge la última Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas del Ministerio de Sanidad, que se refieren al descenso experimentado por este opiáceo.

«Hay miles de yonquis que siguen pinchándose en los poblados, pero lo que preocupa son los chicos jóvenes que fuman heroína -«chinos»-, muchas veces en los alrededores de los institutos con la falsa creencia que de esta forma engancha menos y mata menos. Se evita el contagio de enfermedades al eliminar la jeringuilla; nada más. Es profiláctico, aunque igual de devastador sea el método que sea», explica un responsable policial.
No se han encendido las alarmas, pero quienes conocen cómo se mueve el cambiante mundo de las drogas advierten que no se debe bajar la guardia. «Podríamos estar ante un preocupante repunte de la heroína».

Si hay droga en la calle, sea del tipo que sea, es porque existe demanda. El Ministerio de Sanidad, como se ha dicho, asegura que ha bajado el consumo (la encuesta domiciliaria se refiere a los últimos dos años); la Policía cree lo contrario porque la calle «habla» y los narcos rara vez yerran el tiro.
«En los dos últimos años se veía que no había «caballo», ni en Madrid ni en ningún sitio, a los «camellos» nacionales no les llegaba heroína, los laboratorios turcos desde donde se distribuye estaban bajo mínimos, porque la producción en Afganistán había caído en picado», señalan fuentes policiales. «Ahora -prosiguen- la cosa ha cambiado. Se han recuperado los cultivos y se está mandando mercancía, incluso hay traficantes que van a buscarla a Turquía».

La distribución de esta droga sigue estando en manos de grupos mafiosos turcos y kurdos, aunque también han entrado en el negocio albaneses y vietnamitas. Lo habitual es que unos y otros utilicen a pequeños y medianos delincuentes de los países del Este con peores niveles económicos para que se encarguen del transporte hacia la Europa occidental y Estados Unidos.

Fin del desabastecimiento

Hacía tiempo que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no cogían más de una veintena de kilos al mismo tiempo, prueba del desabastecimiento. El pasado junio los agentes intervinieron 53 kilos y detuvieron a 14 personas en Torrevieja. Dos meses antes en Madrid se produjeron una decena de arrestos y se requisaron 60 kilos a un conocido grupo de quinquis.
Según datos policiales, el kilo de heroína está en torno a los 38.000 euros (precio oficial para juicios y peritajes, que luego en el mercado experimenta variaciones), curiosamente por encima del de la cocaína. El gramo sale a unos 62 euros de media y la dosis, a diez, con diferencias, como se ha dicho, dependiendo de la zona.