El sector vitivinícola español ha mostrado este el 29 de enero su «gran preocupación por los efectos negativos que tendría en el sector la aplicación de las intenciones planteadas por el Ministerio de Sanidad» en el borrador del Anteproyecto de Ley de medidas sanitarias para la protección de la salud y la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores”. El sector, representado en una rueda de prensa conjunta por las organizaciones profesionales agrarias ASAJA, COAG y UPA, la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE) y las asociaciones empresariales FEV y AVIMES, ha hecho público un manifiesto unitario sin precedentes.

Según los profesionales del vino, la aprobación de dicha norma ocasionaría graves perjuicios al sector que afectaría desde los viticultores, a los elaboradores y a la distribución, además de al resto de la sociedad, ya que coarta la libertad del ciudadano adulto que pretenda continuar ejerciendo un consumo moderado y responsable del vino.

Afirman los firmantes: «Aun siendo conscientes del problema del alcoholismo en los jóvenes y apoyando la necesidad de adoptar iniciativas que pretendan encontrar soluciones, no podemos aceptar determinadas medidas planteadas en el borrador de Ley, tales como la intromisión a la libertad por parte de los adultos en el acceso y consumo de vino, la limitación en la promoción y publicidad o las restricciones al uso de marcas, por poner algunos ejemplos».

El sector ha elaborado un manifiesto con el título ‘Por la defensa de la viña y el vino’ con el objetivo de buscar el apoyo de la mayor parte de la sociedad, todo ello en aras de trasladar la gran trascendencia que la viña y el vino tienen en nuestra cultura.

Afirman sus promotores: «No podemos entender la criminalización que se suele asignar al vino en temas de alcoholismo cuando en España el consumo de vino ha descendido de una manera acelerada y considerable, pasando de más de 70 a 26 litros por persona en menos de tres décadas. Esta realidad es paradójica frente a un incremento de los problemas derivados del alcohol, y especialmente entre la juventud entre los que le vino no es, precisamente, la bebida protagonista».

En la rueda de prensa, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, advirtió que el borrador de la ley es contrario a la nueva OCM del vino que se está debatiendo en Bruselas y pidió a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, que se convierta en la portavoz del sector para evitar que esta ley «acabe con nosotros».

Joaquín Hernández, presidente de la CCAE, tras señalar que el sector es «consciente de que existe un problema en la sociedad por el consumo no moderado de alcohol entre los jóvenes», aseguró que «el vino no es el problema». Recordó que el vino, que forma parte de «nuestra cultura, esencia y tradición», no puede ser el culpable del aumento del alcoholismo juvenil cuando su consumo ha pasado de 70 litros por persona y año a mediados de los setenta a 26 litros hoy en día. Por ello, pidió al Gobierno, y especialmente a los Ministerios de Sanidad y Agricultura, la apertura de un proceso de diálogo sobre esta nueva ley que «no debería basarse en la prohibición y sí en la educación, la formación y la información», prosiguió. «El problema es el desconocimiento del vino y del alcohol», apostilló Hernández quien agregó que «antes, cuando sólo se consumía vino, había muchos menos problemas de alcoholismo».

Manifiesto: Por la defensa de la viña y del vino

El sector vitivinícola español es consciente del grave problema social que supone el consumo desordenado de bebidas alcohólicas, especialmente por jóvenes y menores de edad, y comparte esta preocupación de la sociedad y de los poderes públicos y también la necesidad de disponer de una política adecuada y coherente que enfrente con eficacia y decisión este problema. A tal fin se ofrece para contribuir al encuentro de soluciones válidas, efectivas y reales.

El Ministerio de Sanidad y Consumo se propone atajar el problema y para ello ha lanzado un borrador de Anteproyecto de Ley de medidas sanitarias para la protección de la salud y la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores. Esta iniciativa legislativa no parece estar basada en un análisis riguroso del problema ni haber tenido en consideración la libertad de los adultos, por lo que el sector vitivinícola ve con inquietud y preocupación la propuesta que, de salir adelante en los términos hasta ahora conocidos, ocasionará graves perjuicios, no sólo al sector vitivinícola, desde la producción a la distribución, sino también al conjunto de los ciudadanos adultos que verán coartada su libertad cuando pretendan, por ejemplo, continuar ejerciendo un consumo moderado y responsable del vino.

El vino, fruto de la viña y del trabajo del hombre, no debe considerarse como un simple bien de consumo, es un valor de nuestra civilización y un índice de la calidad de vida. Constituye un elemento básico y una de nuestras señas de identidad desde el punto de vista histórico, cultural, social y territorial, aparte de sustentar la economía y el tejido socioeconómico en numerosas comarcas de nuestro territorio.

La cultura del vino posee un conjunto innumerable de valores positivos, de los que, para su reconocimiento, ahora se destacan aquellos que merecen una especial atención:

1.- Vino y desarrollo rural: El sector vitivinícola tiene en España una gran trascendencia socio-económica, ya que lo sustentan más de 400.000 explotaciones agrarias, en una superficie de alrededor de 1,2 millones de hectáreas (el país con mayor superficie de viñedo del mundo), sosteniendo más de 30.000 empleos directos en la transformación y la comercialización, y más de otros 30.000 empleos indirectos en sectores económicos complementarios, facturando en total más de 5.000 millones de euros.

2.- Vino y medio ambiente: El viñedo configura un paisaje característico y perfectamente integrado en el medio natural y tiene una importancia capital en el mantenimiento del medioambiente, en especial en lo referente a la protección del suelo frente a los procesos erosivos. Además, la gran extensión de viñedo existente en España nos ofrece un doble beneficio medioambiental en la lucha contra el cambio climático: por un lado, como fuente de oxígeno y, por otro, como gran absorbente de gases de “efecto invernadero”.

3.- Vino y salud: Consumir vino de forma regular y moderada, tiene unas fórmulas saludables, que deben divulgarse con un mensaje fiable, correcto y rigurosamente científico, avalado por estudios, para evitar que se lancen mensajes erróneos que confundan al consumidor. Después de 1990 numerosos estudios médico-científicos han revelado que las personas que consumen cantidades moderadas y regulares de vino presentan incidencias muy inferiores en diversas enfermedades, especialmente las cardiovasculares.

4.- Vino y dieta mediterránea: El vino es uno de los alimentos tradicionales más importantes de la equilibrada dieta mediterránea, tan valorada y mundialmente reconocida por sus cualidades nutritivas y saludables. La gran riqueza y diversidad de nuestros vinos y viñedos contribuyen a dar un valor especial a nuestra dieta, adaptándose a los gustos y necesidades requeridas por el consumidor.

5.- Vino y promoción: El sector vitivinícola mantiene desde siempre un comportamiento comedido en materia de comunicación y publicidad. Sus contenidos y mensajes pretenden contribuir a la identidad cultural y gastronómica y van siempre orientados a un mejor conocimiento del producto. La publicidad del vino siempre ha promovido un modelo de consumo ordenado y tranquilo, no multitudinario ni dirigido a menores y poniendo en valor las características del producto. Por todo ello, el vino no puede ser acusado de fomentar el consumo desordenado y masivo a través de los medios de comunicación.

6.- Vino y consumo: El consumo de vino en España ha descendido de manera acelerada y considerable, pasando de más de 70 litros a 26 litros por persona y año en las tres últimas décadas. Esta realidad contrasta, paradójicamente, con el incremento de los problemas derivados del alcohol, y especialmente en los jóvenes, entre los que el vino no es, precisamente, la bebida protagonista. Numerosos estudios demuestran que la incorporación al consumo del vino se produce a una edad adulta, cada vez más tardía.

7.- Vino, Historia y cultura: La vid y el vino han tenido siempre un gran valor simbólico para el hombre, sobre todo en el marco de nuestra historia y cultura mediterráneas. A ellas han ido íntimamente ligados, tanto la divulgación del cultivo de la vid como el comercio del vino entre los distintos pueblos y civilizaciones que han desarrollado y dejado su huella en la península ibérica.

El legado artístico y cultural vinculado al vino que nos han transmitido dichas civilizaciones es inmensamente rico y se refleja en multitud de obras del arte en sus diversas manifestaciones (pintura, escultura, literatura, y más recientemente, también arquitectura) y de los intercambios comerciales y culturales (cultura agronómica y enológica, rutas de comercio, etcétera). El resultado de todo ello constituye para España una amplia tradición histórica y cultural difícil de igualar.

8.- Vino y educación: La familia es el marco idóneo para la transmisión del conocimiento del vino desde la adolescencia. Con la misma naturalidad y responsabilidad, esta iniciación familiar en el aprendizaje del vino debería tener su prolongación en el ámbito educativo. Asimismo, los mensajes públicos alusivos al producto, deberán ser coherentes y objetivos.

Resulta indispensable la formación sobre de patrones de consumo responsables y moderados como una fórmula legítima, eficaz y decisiva para contribuir a la prevención de los daños causados por un consumo abusivo o irresponsable de bebidas alcohólicas.

9.- Vino e información: Los efectos positivos de un consumo moderado del vino son ampliamente aceptados y respaldados por la comunidad científica. En el marco de una política de prevención, una información continua y veraz permitirá alcanzar los verdaderos objetivos de salud pública. En este contexto, es necesario transmitir con responsabilidad mensajes positivos, basados en los aspectos culturales, gastronómicos y medicinales del vino.

10.- Vino y su ley: El concepto de vino como alimento natural fue aprobado y refrendado por el Parlamento Español y recogido en la Ley 24/2003, de la Viña y del Vino, por lo que resulta argumento básico para otorgar a dicho producto un tratamiento diferenciado.

Conclusiones

El vino no es el problema, por lo que no debe vincularse con el problema social que supone el consumo abusivo de alcohol entre los jóvenes . Bien al contrario, las mismas pautas de moderación y consumo controlado, dentro de una dieta equilibrada, que se dan en el vino, pueden y deben servir de ejemplo frente a los desórdenes y consumos inadecuados de alcohol.

La información, la educación y la formación sobre la cultura del vino desembocan en una prevención natural que es la mejor forma de atajar el riesgo de abuso de su consumo. El conocimiento de la cultura del vino es, en consecuencia, la solución.

Las instituciones, entidades, organizaciones, colectivos y personas que apoyamos este manifiesto reconocemos la singularidad del VINO y reclamamos la retirada de esta propuesta formativa y la apertura de un profundo debate sobre el problema, en el que se tengan en cuenta los enormes valores positivos del vino, aquí señalados.

Por todo ello, el sector vitivinícola quiere hacer partícipe a toda la sociedad de lo que la viña y el vino suponen en nuestra cultura y nos ofrecemos como transmisores de la singularidad de este sector. Pero, a su vez, necesitamos la complicidad de todos para su defensa, por lo que solicitamos su apoyo explícito para conseguirlo.