Los tratamientos para la adicción a la cocaína han registrado un incremento de las solicitudes que multiplica por catorce los registrados en 1990, según datos aportados por el subdirector general de Drogodependencias de la Conselleria de Salud de la Generalitat de Cataluña, Joan Colom durante la presentación del XII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Toxicomanías y del II Foro Iberoamericano de Trastornos Adictivos. En este marco, Colom puso de relieve el disparo en el consumo que ha registrado la cocaína en los últimos años.

En este sentido, informó de que de las 14.236 personas que iniciaron tratamiento en los servicios públicos en 2005, un 27,5 por ciento lo hizo por adicción a la cocaína, mientras que en 1990, los cocainómanos representaban el 1,8 por ciento del total de tratados. Sin embargo, la heroína, que en 1990 representaba el mayor grueso de los tratamientos con un 52 por ciento del total, en 2005 supuso el 13,7 por ciento de los tratamientos, puso de manifiesto el subdirector general de Drogodependencias.

Así mismo, Colom señaló que un 3,8 por ciento de los jóvenes de 14 a 18 años consumió cocaína en el último mes, según la última encuesta escolar llevada a cabo por la Conselleria de Salud de la Generalitat para valorar los consumos de drogas en esa franja de edad. En la misma franja, un 65,6 por ciento consumió alcohol en la última mensualidad, aunque la encuesta no especifica la cantidad ingerida, por lo que se trata de cifras descriptivas que no definen un comportamiento de riesgo. En el mismo orden, un 1,8 por ciento consumió éxtasis y un 25,1por ciento cannabis.

En lo referido a la franja de edad de 15 a 29 años, un 79 por ciento consumió alcohol en el último mes, así como un 27 por ciento cannabis, un 2,1 por ciento éxtasis y un 1,5 por ciento cocaína. Por lo que respecta a la población general, un 71 por ciento de la misma tomó alguna unidad de alcohol en los últimos 30 días, un 13,9 por ciento cannabis, un 0,8 por ciento éxtasis y un 1,7 por ciento cocaína.

Además, según Colom, la mayoría de dependientes de la cocaína la consumen de una a cuatro veces por semana, lo que constituye un patrón poco habitual en cuanto a drogas se refiere, porque en el resto de drogas los consumos suelen ser diarios o más habituales. En este sentido, alertó de que este hábito puede ser peligroso, en cuanto a que aporta una «falsa percepción» del riesgo que supone el consumo, añadió.