Existe una importante falta de comunicación entre médicos y pacientes fumadores, según los dos mayores estudios sobre las actitudes de ambos frente al tabaquismo y frente al reto de abandonar esta adicción. Los resultados muestran diferencias significativas entre la experiencia de ambos en lo que se refiere al tratamiento de esta adicción. Así lo ponen de manifiesto dos estudios internacionales (Support -Smoking: Understanding People’s Perceptions, Opinions and Reactions to Tobacco- y Stop -Smoking: The Opinion of Physicians-, en sus siglas en inglés), desarrollados por Harris Interactive en colaboración con Pfizer, para conocer las actitudes de médicos y pacientes frente al tabaquismo.

Tanto médicos como fumadores conocen los efectos devastadores del tabaco. De hecho, los estudios revelan que la mayoría de los profesionales sanitarios (el 69%) considera que es el factor más dañino para la salud de sus pacientes, por encima de la falta de ejercicio (42%), una dieta no saludable (36%), el consumo de alcohol (30%) o la obesidad (23%). Asimismo, la mayor parte de los fumadores es consciente de los riesgos que entraña fumar (el 75%) y está de acuerdo en que dejarlo es lo mejor que puede hacer por su salud (el 81%).

“Estos estudios ofrecen elementos valiosos para entender la necesidad de mejorar la comunicación entre fumadores y médicos”, asegura Hayden McRobbie, experto de la Unidad de Ensayos Clínicos de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda. “No obstante, estos datos revelan que los fumadores saben que dejar el tabaco es el primer gran paso para mejorar su salud, y también dejan ver que sienten que no reciben el apoyo y la información suficientes por parte de sus médicos, algo fundamental para tener éxito en este empeño”, añade.

El tabaquismo es una enfermedad crónica recidivante que implica la adicción física y psicológica a la nicotina. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)1, menos de un 5% de los que intentan dejar de fumar sin ayuda lo consigue. Incluso con apoyo, es una tarea difícil ya que el 56% de los fumadores que ha intentado dejarlo dice que es lo más complicado que ha hecho en toda su vida.

Mejorar la comunicación entre médico y paciente

En este contexto, está comprobado que el asesoramiento profesional, aún siendo ocasional, incrementa las posibilidades de éxito. Pero sólo el 9% de fumadores afirma que habla de su adicción con el médico en cada consulta, frente al 41% de los médicos que dice que sí lo hace. Así el 66% de los facultativos dice haber explicado varios métodos antitabaco a sus pacientes, pero sólo la mitad de los fumadores que dicen haber hablado a su médico sobre su adicción asegura haber recibido esa información. Igualmente, mientras que el 47% de los profesionales afirma que ha desarrollado planes para ayudar a sus pacientes a dejar de fumar, sólo una cuarta parte de los que han consultado su adicción (el 13%) opina lo mismo.

En lo que ambas partes se muestran de acuerdo es en que es el propio fumador el responsable máximo de poner fin a esta adicción, y que querer dejarlo2 es vital a la hora de dejarlo. Concretamente, un 92% de los médicos y un 91% de los pacientes valoran la fuerza de voluntad como la principal cuestión para tener éxito, aunque ésta, por sí sola, no ha demostrado ser un método efectivo.

Los estudios también revelan que los profesionales demandan más apoyo y recursos. Desean medicamentos efectivos (81%) y formación complementaria para motivar a los pacientes (78%). No obstante, la falta de tiempo se convierte en el principal problema de los facultativos (51%) para ayudar a sus pacientes, el 46% dice tener otras prioridades, y el 38% señala que no tiene suficiente formación.

“Aunque los gobiernos están avanzando para frenar el tabaquismo con políticas de espacios libres de humos, es necesario que cuenten con la colaboración de profesionales que asesoren a pacientes que quieran dejar de fumar”, explica Serena Tonstad, del departamento de Cardiología Preventiva del Hospital Universitario Ullevål, Noruega.