El índice de prevalencia de los jugadores patológicos ha pasado del 2,3 en 2001 a 2,1 2006, según se desprende de un Estudio sobre hábitos de juego en la Comunitat Valenciana elaborado por la Dirección de Drogodependencias en el último trimestre del 2006, y que se repetirá cada dos años para confirmar una tendencia estable al descenso de la ludopatía. Según informaron fuentes de la Generalitat, este informe constata el aumento de valencianos que manifiestan ´No jugar´ a ninguno de los juegos de azar al pasar de un 6 por ciento en 1999 a un 16 por ciento en 2006.

Además destaca la disminución de las apuestas en todos los juegos de azar, con la excepción de las apuestas por Internet, que obviamente en 1999 no aparecían reflejadas en el estudio por falta de casos o frecuencias significativas.

El conseller de Sanitat, Rafael Blasco, destacó al respecto «la necesidad de concienciar a la sociedad sobre el peligro y las consecuencias de esta enfermedad que afecta a todos los ámbitos, al personal, familiar, laboral y social».

Además, el dato sobre las notificaciones de personas atendidas por problemas con las apuestas o el juego patológico en las Unidades de Conductas Adictivas, de la red asistencial sanitaria, se ha venido mostrando durante los últimos tres años constante: 527 casos atendidos en 2004; 564 casos en 2005 y 545 casos en 2006, lo que indica «una incidencia baja como indicador principal que nos monitoriza la evolución de esta enfermedad», según las mismas fuentes.

El jugador compulsivo representa el 4 por ciento de los pacientes atendidos por adicciones en las 36 Unidades de Conductas Adictivas con las que cuenta la Comunitat. La mayoría de personas que solicitan tratamiento tienen una edad comprendida entre los 25 y 34 años y representan un 32 por ciento del total.

El 40 por ciento de los ludópatas tiene un contrato laboral indefinido y sólo el 3 por ciento recibe prestación por desempleo. Asimismo, el 94 por ciento vive en familia y tiene una media de dos hijos, el 95 por ciento son fumadores y el 18 por ciento presentan problemas con el alcohol.

El jugador compulsivo produce en la familia síntomas de depresión, además amenaza los recursos económicos familiares, desatiende el trabajo, y para poder jugar puede recurrir a actividades ilegales, según señalaron las mismas fuentes.

Ley de Drogodependencias

La persona ludópata es la que establece una relación de dependencia con el juego que le lleva a la pérdida de elección entre jugar y no jugar, además o bien lo hace de una manera compulsiva o bien le impide parar una vez ha iniciado el juego.

En este sentido, La Ley sobre Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos especifica que el juego patológico como trastorno adictivo merecerá especial interés por parte, no sólo del sistema sanitario, sino también desde el educativo y el social, y se fomentará la información a todos los colectivos sociales sobre la potencialidad adictiva de los juegos de azar. Asimismo, se prevén crear siete nuevas Unidades de Conductas Adictivas durante la próxima legislatura.