La polémica surgió a raiz de un vídeo emitido por la Sexta en la que se muestra que entre los fibers -así es como se conoce a los asistentes al popular Festival Internacional de Benicàssim– corre algo más que agua fresca y refrescos de cola.

En las imágenes se puede apreciar como algunos jóvenes pasan el fin de semana pegados a la litrona, mientras que otros se decantan por la coca, droga esta última que, junto al hachís o a las pastillas de diseño, pueden adquirirse fácilmente a las puertas del mismo recinto.

Lo espinoso del asunto no termina aquí: el equipo de la Sexta que grabó el vídeo asegura que fue expulsado del FIB por los propios organizadores, a quienes disgustó «la imagen» que el reportaje proyectaba del festival.

«Ambiente propicio para drogas»

Muchas son las voces que aseguran que en los festivales de música la gente «no se droga ni más ni menos que en cualquier pub durante el fin de semana». Para otros, las drogas campan a sus anchas en este tipo de eventos porque su compra aquí es fácil, y el ambiente, «propicio» para ello.

Según datos de la agencia de noticias Efe, los dos principales festivales musicales del verano, el Summercase y el FIB, albergaron cerca de 260.000 personas y, pese a cerrar sus carteles sin apenas incidencias relacionadas con el consumo de drogas, estas sustancias ilegales «siguen muy presentes».

Así, en el festival de Summercase que entre el 13 y el el 14 de julio recibió en Boadilla del Monte (Madrid) y Barcelona, a 109.000 asistentes, el hospital de campaña organizado para la ocasión no recibió ninguna visita por intoxicación y sólo se incautaron cantidades pequeñas de hachís, cocaína y éxtasis.

Una semana más tarde, el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) acogió oficialmente a 150.000 «fibers» y tampoco en él se registraron incidencias sanitarias, según fuentes consultadas por 20 minutos. Sin embargo, sí hubo una o dos detenciones por posesión de drogas.

En el «stand» de Energy Control, una asociación que desde 1997 asesora sobre el consumo de drogas en espacios de fiestas, los 8.400 folletos de información se agotaron y cada noche llegaron a analizar 100 pastillas sin parar; de haber tenido más tiempo y medios la cuantía habría sido más alta.

Más consumidores ilustrados

Eduardo Hidalgo, coordinador de la ONG en Madrid, explicó que, frente a las preguntas más «básicas», parece que va creciendo el número de «consumidores ilustrados» o, lo que es lo mismo, «cada vez tiende a haber gente más informada».

Según un informe de la FAD, el 59,2 por ciento de los jóvenes consumidores de drogas lo hacen por «diversión» y muchos aficionados a la música también consideran el consumo de drogas ilegales como un rito social más.

Durante el tiempo que acampó en el FIB, una de las asistentes, Marta, dijo ver todo tipo de situaciones: «no hay fuerzas y la gente aguanta a base de pills (pastillas); a las tres de la tarde, los ingleses ya están puestos y, ya por la noche, los cristales (de éxtasis) se consumen bastante».

Según Fernando Caudevilla, autor del libro «Éxtasis (MDMA)», «se consumen drogas en todos los ámbitos recreativos«, con independencia de que suenen sobre un escenario grupos como Arcade Fire, LCD Soundsystem, Iggy and the Stooges o Muse.

Así vivió el equipo de 20 minutos el FIB. Mira el vídeo.