España y otros seis países de la Unión Europea crearon ayer en la capital portuguesa un centro de operaciones para controlar el tráfico marítimo de drogas orientado sobre todo a frenar la entrada de cocaína a través del Atlántico.

El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que participó en el acto, destacó que el centro es particularmente importante para España, una de las puertas europeas de la droga.

El documento fue suscrito en la antesala del consejo informal de ministros de interior y justicia de la UE que se celebra en Lisboa el lunes y martes, por los titulares España, Francia, Italia, Reino Unido, Irlanda, Holanda y Portugal.

Estos siete países constituyen el llamado Centro de Análisis y Operaciones Marítimas contra el Narcotráfico que, según destacó el ministro portugués de justicia, Alberto Costa, ya ha realizado varias operaciones contra el tráfico de drogas desde que empezó a funcionar informalmente, en julio pasado.

El centro ha sido concebido oficialmente como «la principal respuesta internacional articulada de Europa al tráfico marítimo de drogas procedente de Suramérica con tránsito por Africa Occidental».

Tim Manhire, director ejecutivo del nuevo organismo, afirmó que está abierto a la colaboración con otros países europeos y que trabajará también con los servicios antidroga de Estados Unidos.

El objetivo del centro, según destacaron varios ministros en el acto de su constitución, es aprovechar las más avanzadas tecnologías y compartir esfuerzos, información y medios de los siete países para frenar la creciente entrada en Europa de droga, sobre todo cocaína procedente de Latinoamérica.

Rubalcaba destacó que el nuevo organismo ha permitido ya realizar cinco operaciones antidroga y que su área de actuación se sentirá no sólo en el Atlantido sino en el Mediterráneo y en Africa, donde España trabaja con varios países en la lucha contra las mafias de la droga y de la inmigración ilegal.

El referente del centro de Lisboa es el que los Estados Unidos tienen en Miami, del que ha recibido asesoría y con el que colaborará estrechamente.

Según el ministro español en el centro de operaciones lisboeta se «comparte información que se traduce en operaciones» y a su vez se distribuyen acciones entre efectivos de los países miembros.

«La droga nos afecta a todos y llega a todos los países», declaró Rubalcaba, por lo que es imperativo para el éxito de la policía hacer una distribución del trabajo.

El modelo de colaboración de los países miembros, como en el caso de España, es el de contar con un oficial de enlace y contribuir económicamente y con información además de atender con sus fuerzas policiales las operaciones que surjan a petición del centro.

El ministro Costa reconoció el aumento del tráfico de drogas por vía marítima y consideró fundamental la coordinación y los medios de inteligencia de los que se dispone ahora en Lisboa para atajarlo.

Manhire destacó como responsable del organismo que si bien ya hay una gran colaboración a nivel europeo en materia de drogas «no es lo mismo hablar por teléfono a miles de kilómetros que hacerlo juntos en un mismo equipo».

Rubalcaba dijo a los periodistas que España tiene particular experiencia de trabajo con Portugal y Francia, y que el centro de Lisboa abre nuevas posibilidades a la acción policial internacional para frenar la llegada de la droga por mar.

A Portugal y España, señaló, entra mucha droga y, aunque también es mucha la que se decomisa, hay cargamentos que pasan o que se quedan.

Rubalcaba, al señalar los efectos de esa situación, afirmó que en los últimos años había bajado la edad a la que los jóvenes empiezan a consumir cocaína y había aumentado su número.

Pero por primera vez ese consumo juvenil ha bajado este año, según las encuestas que realiza el gobierno, a la vez que hay más decomisos de drogas y la policía tiene más éxitos en las operaciones que realiza en zonas consideradas de riesgo.