La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado recientemente que tiene previsto incluir la adicción al sexo en su catálogo de enfermedades, lo que hasta ahora se ha considerado sólo como un trastorno o «vicio», pase a considerarse oficialmente como una enfermedad mental.

La iniciativa, cuya aplicación está prevista para el 2014, será precedida -muy probablemente- por la de la Sociedad Americana de Psiquiatría que, para el 2011, analizan ya integrar la hasta el momento minusvalorada adicción al sexo en su catálogo oficial de patologías.

Hasta ahora la adicción al sexo se consideraba una alteración psicológica, un problema más, pero no estaba incluida ni en las calificaciones de la OMS ni en la DMSIV de la asociación de psiquiatría norteamericana, las dos más importantes.

La inclusión en esta lista, lejos de ser un mero trámite, causará efectos tangibles y reconocerá oficialmente como enfermedad un problema que empezó a tener repercusión social cuando el actor norteamericano Michael Douglas reconoció públicamente padecer este trastorno que muchos, aun hoy, siguen considerando como una mera debilidad.