Klink creará una comisión para evaluar los problemas derivados de la política de drogas blandas que está vigente en Holanda desde hace treinta años, según recogió el sitio de Internet de la televisión pública NOS.

En los últimos años esa política ha sido puesta en tela de juicio al comprobar que cada vez más jóvenes que consumen cannabis sufren problemas de salud.

Klink adelantó al Parlamento que, independientemente del resultado de esa investigación, para la que todavía no se ha puesto fecha, no se procederá a la legalización de las drogas blandas porque ello iría en contra de tratados internacionales al respecto.

Al contrario de lo que se piensa, en Holanda las drogas blandas no están legalizadas, sino simplemente toleradas.

El hachís puede consumirse en los llamados «Coffeeshops», cuyo funcionamiento está sometido a reglas como que no se puede vender más de 5 gramos de esa droga por persona y día.