Un informe de la Academia de Ciencias Médicas de Reino Unido celebra la llegada de las nuevas terapias para la prevención y el tratamiento de las enfermedades mentales, y elige a sus favoritas entre las candidatas actuales. Los investigadores también encomiendan al Gobierno y a las compañías farmacéuticas la tarea de acelerar el proceso de descubrimiento de nuevos fármacos para la salud mental.

«El Gobierno británico gasta más de 15 millones de libras anuales (algo más de 19 millones de euros) en compensar los daños sociales y económicos relacionados con el abuso de sustancias y, sin embargo, hay muy pocos fármacos en desarrollo para tratar la adicción. Hay que animar tanto a los investigadores como a la industria farmacéutica a ver las «adicciones como un área terapéutica prioritaria y desarrollar más medicamentos innovadores», recomienda.

La Academia de Ciencias Médicas de Gran Bretaña encomendó a un investigador de Cambridge, Gabriel Horn, la elaboración de un informe sobre los medicamentos psicoactivos. En este documento se señalan los candidatos «más prometedores» y se pide al Gobierno que facilite la innovación en esta área y que prevenga los malos usos. Asimismo, insta a la industria a descubrir pronto nuevos medicamentos en este campo.

El informe incluye lo que llama «un rápido repaso a las terapias actuales», y recuerda que este tipo de tratamiento «cambia vidas» y que ampliar el abanico terapéutico lograría alcanzar a más pacientes. Con todo, también señala las limitaciones de los medicamentos actuales como barreras a superar. Por otro lado, según manifiesta el autor de este informe, las terapias moduladoras de las emociones son un buen ejemplo del prometedor enfoque cognitivo en el desarrollo de nuevos medicamentos.

Dos diferentes clases de antidepresivos comparten la habilidad de reducir la respuesta cerebral a las emociones. Al menos dos trabajos al respecto prueban que existen funciones cognitivas independientes de neurotransmisores concretos. Lo que esto significa, razona, es que «ahora es posible la aparición de nuevos antidepresivos, con efectos neuroquímicos completamente nuevos». «El enfoque cognitivo puede ser particularmente útil para el desarrollo de fármacos para el control de la impulsividad», se asegura en el informe.

Por otro lado, se recoge también la consideración de que los mecanismos cerebrales del control del comportamiento se conocen razonablemente bien gracias a los modelos animales de experimentación, en los que se puede probar el funcionamiento de estos tratamientos. «Lo que se requiere ahora es capacidad de trasladar esos hallazgos de los modelos animales a los pacientes, para permitir el desarrollo de nuevos medicamentos».

Según Horn, en la actualidad hay notables mejoras en la comprensión de las adicciones, «con pruebas científicas de que las drogas más adictivas —y algunas conductas de patrón similar, como las ludopatías— «secuestran» los circuitos neuronales de una región cerebral particular. No obstante, también expresa preocupación porque estas investigaciones no han dado como resultado mejores terapias contra las adicciones.