En primer lugar hay que destacar que las drogodependencias siguen siendo un problema fundamentalmente masculino, el 80″11% de las personas atendidas eran varones, y el 19″89% mujeres. Este año se frena la tendencia de los últimos años de una paulatina feminización del problema. El año anterior el porcentaje de varones fue del 70″13%.

En la distribución por edades, se constata un dato: el progresivo, aunque lento, envejecimiento de la población que atendemos en nuestros centros. El 66″96% de las personas atendidas tienen entre 26 y 44 años. El resto se distribuye así: el 1″41% tienen menos de 15 años, el 22″29% entre 15 y 25, y el 9″34% tienen más de 44 años. Respecto a años anteriores, lo más destacado es que se duplica el porcentaje de las personas con menos de 15 años, y crecen ligeramente, el grupo de los de más de 44 años y el grupo de entre 15 y 25 años.

Por otra parte, y al igual que en años anteriores, prácticamente el cien por ciento de las personas atendidas son policonsumidores, es decir, no consumen una única sustancia psicoactiva. En cuanto a la droga principal de consumo, podemos decir que los datos señalan que el 32″94% consume una mezcla de heroína y cocaína, conocido como speed ball, (el año anterior este consumo alcanzaba el 38″96%); el 23″80% consume principalmente heroína (29″71% en el 2001); el 12″64% cocaína (10″57%); el 7″08% cannabís (el 9″66%); y el 1″89% las conocidas como drogas de síntesis (1″59%).

En cuanto a las vías de consumo de la droga principal, lo más destacado es reflejar que una quinta parte (el 20″46%) sigue utilizando la jeringuilla (el pasado año ese porcentaje era sensiblemente mayor: el 31,82%).

Aunque hay que felicitarse por esta reducción, sigue siendo preocupante el elevado porcentaje, con los riesgos que eso supone y a pesar del esfuerzo informativo que se está realizando para difundir los riesgos que supone este uso. El 44″25% fuma o inhala, (el 48″78% el año anterior), y el 11″10% esnifa (10″75% en el 2001).

En cuanto a los años de consumo de la droga principal, un tercio lleva más de 10 años (32″33% frente a 35″27% del año anterior), un 29″24% lleva entre 6 y 10 años de consumo, un 24″34% lleva entre 2 y 5 años consumiendo la droga principal, y solo el 11″26% lleva menos de dos años.

Sobre la edad de inicio en el consumo de drogas, la mayoría se encuentra situado entre los 15 y los 25 años: un 62″53% (el pasado año un 65″33%). Un 19″95% se inició antes de cumplir los 15 años (21″80%), un 10″98% entre los 26 y los 44, y un 2″04% con más de 44 años (0″38% en el 2001).

En cuanto al nivel de estudios, decir que responde en parte a la relación existente entre drogodependencias y exclusión social. Más de un tercio de las personas atendidas no ha superado los estudios primarios, el 35″94% han alcanzado la EGB, el 13″25% el BUP, el 9″92% la formación profesional, y sólo el 4″47% tiene estudios universitarios (cifra en cualquier caso muy superior a la de otros años). A pesar de todo se nota una cierta, aunque leve, mejora en el nivel de estudios respecto a años anteriores.

También los datos sobre la situación laboral son muy representativos de la marginalidad y la exclusión social. El 45″22% de las personas que atendimos está en paro (el 53″58% el año anterior). Pero quizá el dato más representativo sea que sólo el 35″84% de ellos tiene ingresos (trabajo o pensión); el año anterior este porcentaje era del 24″4%. El 4″57% son estudiantes (5″21% en el año 2000).

El conocimiento de estos datos, y especialmente las tendencias, obtenidas mediante el análisis comparativo de distintos años, permiten ir adaptando los recursos asistenciales a la constante evolución del problema de las drogodependencias.