Larry F. Chu, profesor de anestesiología en la universidad californiana y autor principal del estudio, que se publica en The Journal School of Medicine, reconoce que el “abuso de opiaceos está aumentando a un ritmo más rápido que el de cualquier otro tipo de droga ilegal; sin embargo, sólo una cuarta parte de los pacientes dependientes buscan tratamiento”. Entre los síntomas que pueden aparecer tras la retirada de un opiáceo como la morfina se encuentran la agitación nerviosa, insomnio, diarrea, náuseas y vómitos.

“Es posible que por fin hayamos dado con un fármaco que trate todos estos síntomas sin crear otra adicción más, que es lo que producen casi todos los tratamientos actuales”, afirma Chu. Los investigadores apostaron por el estudio con ondasentron tras determinar, mediante un estudio con ratones adictos a la morfina, que podía bloquear ciertos receptores implicados en los síndromes de abstinencia. Primero, mediante un potente mapeado genético de última generación, diferenciaron a los ratones más propensos a sufrir el síndrome e identificaron qué genes desempeñaban un papel más importante en la adicción.

Los análisis revelaron un resultado inequívoco: un gen determina la gravedad del periodo de abstinencia tras la retirada. Dicho gen codifica el receptor 5-HT3, una proteína que responde a las señales químicas de la serotonina en el cerebro. Cuando a los ratones se les administró ondasentron para bloquear el 5-HT3, se redujeron algunos de los síntomas más evidentes del síndrome de abstinencia en los ratones adictos a la morfina, entre ellos, dar saltos descontrolados o el aumento de su sensibilidad al dolor.

El ondasentron se encuentra ya en el mercado autorizado para el tratamiento del dolor y las náuseas, así que los investigadores no han necesitado esperar para probarlo en un pequeño grupo de pacientes. Primero se les administró una potente dosis de morfina en una sesión clínica y una semana después, en otra sesión, morfina combinada con ondasentron. Los ensayos fueron controlados por test individuales sobre los síntomas del síndrome de abstinencia y los resultados demostraron lo mismo que se había observado en ratones. El equipo de Chu planea ahora un estudio mucho más amplio en pacientes que confirme la eficacia del fármaco en el control de los síntomas de la abstinencia por opiáceos.
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