¿Saben qué le ocurre a una araña si inhala LSD? Al igual que en el ser humano, esta sustancia alucinógena merma las capacidades del arácnido, que no puede tejer una telaraña que cumpla con su función de atrapar insectos. De esta forma, el animal no consigue alimento y acaba muriendo. Este impactante experimento forma parte de una exposición itinerante de la Fundación La Caixa que permanecerá en la capital hasta el próximo día 27 y que persigue mostrar a los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes, las consecuencias físicas y sociales del consumo de drogas.

Para ello, dentro de la carpa ubicada en la plaza de la Marina se han colocado paneles con datos, vídeos, simuladores y maniquíes que permiten al visitante comprobar los daños que el cannabis, la cocaína o el alcohol producen en los cuerpos de quienes los consumen, así como en su entorno familiar.

La muestra interactiva «Hablemos de drogas», que inauguró ayer el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, forma parte un programa más amplio de sensibilización y prevención con el que la Fundación ofrece recursos de información, orientación y formación a las familias, la comunidad educativa, los profesionales de la salud y los jóvenes sobre las sustancias adictivas. «Esta exposición pretende ser un aldabazo sobre un problema gravísimo que tiene la sociedad», explicó el secretario general de la Fundación La Caixa, Luis Reverter, que hizo hincapié en el coste social y económico que suponen estas adicciones. No en vano, tal y como se explica en la muestra, las drogas están detrás de muchos accidentes de tráfico y casos de malos tratos en el ámbito familiar.

Órganos deteriorados

Durante el recorrido, los visitantes descubren todos los entresijos del tráfico de drogas en el mundo y cómo afecta al cerebro y al resto de cuerpo humano el consumo de sustancias adictivas. Así, unos maniquíes muestran el deterioro progresivo que sufren órganos vitales como el hígado o el páncreas debido a la cocaína, el LSD o el alcohol.

Por otra parte, una especie de videojuego hace que el usuario sienta en su propia piel cómo merma el consumo excesivo de alcohol sus capacidades físicas a la hora de conducir, y ya al final del recorrido se ofrece información sobre prevención y centros especializados en los que pedir ayuda. Tras este itinerario, «se invita al joven a decidir si entra o no en el mundo de las drogas», explicó Reverter. El programa también ofrece un teléfono de orientación gratuito -900 22 22 29- y material educativo para trabajar la prevención en el aula.