El consumo frecuente de alcohol entre las adolescentes podría aumentar las probabilidades de que desarrollen enfermedades no cancerosas de los senos entre los 20 y 29 años y, posiblemente, de cáncer en una etapa posterior de la vida.

La investigación, que aparece Pediatrics, encontró que las chicas que bebían grandes cantidades de alcohol en su adolescencia, a diario o casi todos los días, eran cinco veces más propensas a desarrollar enfermedades no cancerosas del seno en la adultez temprana que sus contrapartes que no bebían o que consumían alcohol menos de una vez a la semana.

La enfermedad benigna del seno incluye varias afecciones que no son malignas. El fibroadenoma, un tumor no canceroso, es el más común entre las mujeres de 30 años o menos. La coautora del estudio, Catherine Berkey, de la Harvard Medical School (Estados Unidos), dijo que se sabe que las enfermedades benignas del seno aumentan el riesgo de cáncer de mama.

“Nuestro estudio podría sugerir que beber alcohol en la adolescencia eleva el riesgo de cáncer de mama, o bien en todas las mujeres o en aquellas que tendrán enfermedades benignas del seno, pero se necesitará un seguimiento a largo plazo» para confirmarlo, señaló.

Un aspecto único del estudio de Berkey fue que evaluó los hábitos de consumo de bebida en la adolescencia. Otros estudios habían basado sus conclusiones en lo que las mujeres recordaban sobre lo que bebían a esa edad muchos años atrás.

«Nuestro estudio es el primero que recopila los datos sobre el consumo de alcohol en la adolescencia y lo combina con un seguimiento continuo de las mujeres a medida que desarrollan la enfermedad», manifestó.

En el estudio participaron 6.899 mujeres que habían formado parte del Growing Up Today Study, cuando tenían entre 9 y 15 años. La información sobre el consumo de bebida alcohólica se recopiló por medio de una encuesta de seguimiento cuando las participantes tenían entre 16 y 23 años. También se realizó otra encuesta, entre las de 18 y 27 años, que incluía preguntas sobre enfermedades del seno.

En total, 147 participantes informaron tener enfermedades benignas del seno, y 67 casos se confirmaron mediante biopsia.

Cuando el equipo de Berkey analizó los diagnósticos de enfermedades benignas de la mama y de consumo de alcohol, hallaron que el riesgo de enfermedades benignas del seno aumentaba junto con la frecuencia de consumo de alcohol: al pasar de un riesgo 1,5 veces mayor por beber uno o dos días a la semana a tres veces mayor por beber entre tres y cinco días a la semana, y a un riesgo 5,5 más alto por beber entre seis y siete días a la semana, cuando se compararon con las que nunca bebían o bebían menos de una vez a la semana.

Incluso las que bebían una vez a la semana no estaban del todo fuera de peligro, señaló Berkey. «Sospecho que podría haber un riesgo adicional pequeño de enfermedades benignas del seno para las que consumen incluso pequeñas cantidades de alcohol en su adolescencia», explicó.

La adolescencia es un período crítico para exposiciones que pueden conducir potencialmente al cáncer, señaló, porque las glándulas mamarias crecen de manera rápida durante este período.

Berkey apuntó que sospecha que la relación se debe a que el alcohol aumenta los niveles totales de estrógeno, lo que a su vez incrementa las probabilidades de las enfermedades benignas del seno.