Los adultos jóvenes que abusan de estas drogas estarían más propensos a presentar una lesión letal en la vena aorta, según reveló un estudio en Estados Unidos.

Los registros médicos de 31 millones de personas, entre 18 y 49 años hospitalizadas entre 1995 y 2007, que habían abusado de anfetaminas demostró que tenían tres veces más posibilidades de padecer lo que se denomina una disección aórtica, dijo el equipo de la University of Texas.

Existe un amplio abuso de este tipo de drogas, aunque también se utiliza la sustancia de manera legítima para tratar el déficit de atención, la narcolepsia y otros trastornos del sueño. También pueden ayudar en la pérdida de peso.

Investigadores hallaron anteriormente, que las drogas aumentan el riesgo de ataque cardíaco y que el abuso de estas puede, además, provocar lesiones en la principal arteria del cuerpo.

En un artículo publicado en American Heart Journal, el doctor Arthur Westover y sus colegas examinaron los registros médicos de aproximadamente 49 millones de personas de más de 50 años durante el mismo período.

«Hallamos que la frecuencia de la disección aórtica está aumentando entre los adultos jóvenes, pero no en los mayores», dijo Westover, a lo que añadió que “no está claro el por qué».

«A la hora de buscar una posible causa, los médicos deberían controlar el abuso de anfetaminas en los jóvenes con disección aórtica», señaló el experto.

Los registros de pacientes de California, Hawái, Oregon y Washington mostraron tres veces más casos de disección aórtica relacionada con el abuso de anfetaminas entre los adultos jóvenes. Estos estados también presentan tasas promedio más altas de abuso de esta droga, agregó Westover.

«Esto demuestra que en las zonas donde el abuso de estas sustancias es más común, hay mayores consecuencias para la salud pública», expresó el investigador.

Según el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas, el consumo ilegal de anfetamina y metanfetamina está empeorando en Estados Unidos.

En 1992, alrededor de 21.000 personas ingresaron a hospitales para ser tratadas por abuso de anfetamina o metanfetamina. En el 2004, esa cifra aumentó a 150.000.