Coincidiendo con la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco en España, muchos fumadores tratan de reducir o incluso de eliminar su adicción al tabaco. Sin embargo, cerca del 65% de los fumadores confiesa su preocupación por la posibilidad de ver aumentado su peso debido fundamentalmente a factores psicológicos relacionados con la ansiedad del síndrome de abstinencia.

En la actualidad, el balón intragástrico (BIG) es una de las técnicas que más se utiliza, ya que ayuda a perder peso a las personas con problemas de obesidad y no requiere de cirugía. En este sentido, cada vez más personas acuden a los hospitales para informarse del uso de este método y la mayoría de los obesos que lleva balón intragástrico son fumadores.

En este sentido, el Dr. Gontrand López Nava, del Servicio de Aparato Digestivo y Endoscopia del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, señala que una de las razones que lleva a los fumadores a colocarse el balón intragástrico es el aumento de apetito causado por la ansiedad que genera el abandono del tabaco. López-Nava explicó que “más de la mitad de los fumadores gana peso después de dejar el tabaco”, ya que la nicotina quema alrededor de 300 calorías sin hacer esfuerzo, debido a que aumenta la velocidad del metabolismo basal y controla la ansiedad.

En cualquier caso, el experto afirma que “la sociedad está cada vez más concienciada de la importancia de mantener buenos hábitos de salud para prevenir futuras enfermedades como diabetes, apnea del sueño o hipertensión”.

Efectividad en las investigaciones

Por otro lado, y tras la publicación del primer estudio español sobre balón intragástrico en el número inaugural de este año de Obesity Surgery Journal, el Dr. López-Nava puso de manifiesto la importancia de los resultados obtenidos, ya que diversas revistas internaciones de cirugía y farmacología han empezado a aceptar este tipo de tratamiento que ayuda a consolidar los logros obtenidos con la dieta.

Por otro lado, el especialista destacó que existen nuevos dispositivos a los que se han incorporado mejoras, que permiten adaptar el balón intragástrico a las necesidades y avances de cada paciente, de forma que éste puede desinflarse o inflarse en cualquier momento según sea conveniente.

La principal conclusión del estudio, dirigido por el Dr. López-Nava, es que esta técnica no quirúrgica constituye un método de ayuda seguro y eficaz para perder peso, sin mortalidad, y con muy baja tasa de morbilidad incluso en pacientes ambulatorios.

Este estudio -continua el Dr. López-Nava- “demuestra que el balón intragástrico es una buena alternativa para aquellas personas que no han logrado resultados satisfactorios con dietas, medicamentos o terapias conductuales únicamente”.

Obesity Surgery (2011); doi: 10.1007/s11695-010-0314-9