La decapitación de una periodista mexicana, hallada el sábado en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas, fue una «clara amenaza a los usuarios de las redes sociales en las regiones de mayor violencia de México», denunció este lunes la organización Amnistía Internacional (AI).

Junto al cadáver de María Elizabeth Macías Castro, jefa de redacción del diario «Primera Hora» de Nuevo Laredo, la policía encontró un mensaje donde se la acusaba de difundir información a través de redes sociales.

«OK. Nuevo Laredo, en vivo y redes sociales. Yo soy la nena de Laredo y aquí estoy por mis reportes y los suyos… Para los que no quieran creer, esto me pasó por mis acciones, por confiar en Sedena y Marina… Gracias por su atención. Atte: La «nena» de Laredo.. ZZZ», decía el macabro mensaje, atribuido al cártel de las drogas de Los Zetas.

Diez días antes en esa misma ciudad, fronteriza con Estados Unidos, fueron hallados los cuerpos de un hombre de 25 años y una mujer de 28 colgando de un puente con un mensaje que amenazaba a usuarios de blogs sobre el crimen organizado. «Esto les va a pasar a todos los relajes (tuiteros) del Internet, pónganse vergas (listos) ya los traigo en corto, Atte: Z», decía el mensaje.

«Estos tres homicidios parecen representar una alarmante estrategia para intimidar a los usuarios de las redes sociales para que dejen de comunicar información relacionada con la violencia», indicó AI.

Macías, que trabajaba para el diario «Primera Hora», es la novena periodista asesinada este año en México. Junto a sus restos fueron arrojados dos teclados de computadora, un ratón, cables, audífonos, altavoces y un reproductor de discos.

Amnistía Internacional pidió a las autoridades mexicanas una «investigación exhaustiva» del asesinato de María Elizabeth Macías, de 39 años. La policía mexicana encontró el cadáver el domingo.

En Tamaulipas, uno de los estados más violentos del país, operan principalmente los cárteles de las drogas de Los Zetas y del Golfo.

Amnistía pidió a las autoridades «llevar a los responsables ante la justicia» para que «no quede impune y se debilite aún más el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información en México».

Además, demandó asegurar «un clima en que los medios de comunicación tradicionales y los usuarios de las redes sociales puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión sin temor de ser asesinados u hostigados«.

El asesinato de al menos nueve periodistas mexicanos este año revela «la grave vulnerabilidad de las personas que trabajan en los medios y la falta de impacto real de las medidas para prevenir y sancionar estas agresiones», añadió.

El periodista Manuel Fonseca Hernández, de sólo 17 años, se encuentra desaparecido desde hace 10 días, cuando salió de su domicilio en el municipio de Acayucan, en el oriental estado de Veracruz, para cubrir noticias relacionadas con la delincuencia.

Además, en ese mismo estado los periodistas Arturo Moreno, de la agencia gubernamental Notimex; Juan Carlos Alarcón, de la emisora MVS, y Jorge Flores, de W Radio, denunciaron el viernes pasado que fueron agredidos y retenidos ilegalmente por agentes policiales.

Con 80 periodistas asesinados desde 2000, de acuerdo con la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), México es el país más peligroso del mundo para ejercer esta profesión.