Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco (UPV) apunta a que la actuación sobre el sistema endocannabinoide del cerebro y las proteínas implicadas en su funcionamiento «puede tener un gran valor en el tratamiento de desórdenes ligados al estrés».

El trabajo, publicado en la revista Nature Neuroscience, «aporta datos relevantes con vistas al desarrollo de ansiolíticos que actúen sobre componentes que integran el sistema endocannabinoide», ha afirmado Pedro Grandes, catedrático de Anatomía y Embriología Humana y director del Departamento de Neurociencias de la UPV.

El científico ha explicado que «trabaja desde hace años en conocer dónde se localiza y cómo opera el sistema endocannabinoide en el cerebro de roedores». En concreto, uno de los focos de interés es «el estudio de los mecanismos celulares implicados en la plasticidad sináptica (cambios dinámicos que sufren los circuitos neuronales causados por la experiencia y los estímulos ambientales), mediada por el sistema endocannabinoide y cómo se alteran estos mecanismos en situaciones de estrés».

Tal y como ha indicado el catedrático, «el estrés produce cambios en la plasticidad sináptica, provocando una desestabilización del equilibrio interno del organismo. Una respuesta adaptativa de nuestro cerebro frente al estrés es la producción de endocannabinoides (cannabinoides producidos por el propio cerebro), con el objetivo de restablecer el equilibrio».

Sedación recreativa

No obstante, cuando estas respuestas al estrés «son exageradas, inapropiadas o duraderas, la respuesta al estrés está ligada a una serie de alteraciones fisiológicas y psicológicas». En este sentido, uno de los efectos conocidos del uso recreativo de la marihuana «es la sensación de sedación que produce, causando, en esencia, un efecto antiestrés. Sin embargo, se sabe poco del modo en que el sistema endocannabinoide participa en la regulación de la respuesta al estrés, aunque sí se conocen algunos mecanismos de este sistema que intervienen en las respuestas conductuales asociadas al estrés».

En la investigación, prosigue Grandes, «hemos identificado los mecanismos por los que dos estímulos distintos (de corta y de larga duración) dirigidos a una misma neurona de la amígdala extendida, centro cerebral integrado en los circuitos que procesan la información de estrés, causan la producción de dos endocannabinoides diferentes».

Cada uno de estos dos endocannabinoides determina, a su vez, «un descenso de la comunicación interneuronal excitadora durante un periodo corto (endocannabinoide 2-AG) o largo (endocannabinoide anandamida). Esta modulación de la comunicación interneuronal es precisamente el proceso a través del cual nuevos fármacos podrían actuar en el tratamiento de desórdenes ligados al estrés», ha concluido el catedrático.