La Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación (Acojer) facilita actualmente tratamiento a 35 personas con problemas relacionados con las denominadas dependencias emergentes, 16 de ellas por su adicción al teléfono móvil y otras 19 por abusar de los chat (foros de contacto a través de Internet). Según informó el médico de la asociación, el doctor Román Fernández, los jóvenes y adolescentes son los más vulnerables ante este tipo de adicciones, aunque aclaró que los adultos no están exentos de caer en ellas. De hecho, el especialista comentó que siete de los cordobeses que están recibiendo terapia por el uso compulsivo del móvil tienen menos de 18 años, mientras que el resto son personas de mediana edad, varones en su mayoría. Una situación similar ocurre con las personas enganchadas a los salones de charla en Internet, bajo las cuales es frecuente encontrar a adultos que «llevan una doble vida», según el facultativo.

Fernández comentó que en ambos casos son los familiares quienes acuden a pedir ayuda a Acojer que, junto con la asociación Proyecto Hombre de Jerez, es la única entidad que ofrece este tipo de terapia en Andalucía. El tratamiento contra la adicción al móvil empezó a funcionar hace dos años y los resultados obtenidos hasta la fecha son «del todo satisfactorios», según indicó el médico. El experto señaló que, hasta ahora, «el cien por cien de las personas que siguen la terapia han conseguido reducir el gasto de teléfono». De hecho, el límite entre el uso y el abuso de estos aparatos viene determinado por el volumen de la factura, que en el caso de los menores de edad se sitúa en 120 euros y en 240 en los adultos. En cuanto a los adictos a los chat, la asociación incorporó el tratamiento en julio del año pasado y, según Fernández, «los integrantes de esta terapia han logrado reducir el uso de Internet a menos de dos horas semanales».

El médico de Acojer señaló que en ambos casos la terapia que se sigue es la misma. Dura alrededor de un año y se divide en tres módulos. El objetivo que se persigue en el primero de ellos es hacer ver a los dependientes -muchos de ellos reticentes a reconocer la realidad- que tienen un problema, para lo cual se aleja de su alcance móviles y ordenadores. Después se les enseña a manejar ambos aparatos correctamente para, ya por último, prevenir las recaídas.

Fernández destacó los casos de dos adictos que han llamado la atención de los profesionales de Acojer. Uno de ellos entró en contacto con la asociación después de haberse gastado más de 4.000 euros en un sólo mes en llamadas y mensajes desde su móvil, mientras que el segundo, un profesional liberal de 42 años, había dejado de lado tanto su trabajo como a su esposa e hijos por una relación a través del chat con una mujer que residía en otro país.