El programa de apoyo a adolescentes y familias (Suspertu) de la Fundación Proyecto Hombre ha atendido a 1.717 jóvenes desde su creación hace quince años hasta la actualidad y en este tiempo ha constatado que el consumo de drogas, como sucedía al principio, no es el único motivo por el que piden ayuda.

En los últimos años, según los datos que han facilitado hoy responsables del programa, se ha observado que aunque el consumo de drogas sigue siendo el motivo principal en las peticiones de ingreso, ha ido aumentando otros motivos como el conflicto familiar y el fracaso escolar, por este orden.

En 2011 en concreto algo más del 25 % acudió también por «otros» motivos, que se pueden agrupar en problemas escolares, tales como bajo rendimiento escolar, incumplimiento de las normas en el centro escolar, absentismo o encaramiento con profesores; problemas personales como el aislamiento social, amenazas de suicidio, cambios en el comportamiento y en la relación, inseguridad, baja autoestima, apatía, inactividad, actitud hacia la vida, mentiras, uso de nuevas tecnologías; y falta de autocontrol.

Respecto al consumo de sustancias, en 1997 los principales consumos se daban en el alcohol, tabaco, cannabis y estimulantes. En este momento los consumos de alcohol, tabaco y cannabis siguen siendo los predominantes.

Con respecto al tema económico también se han producido cambios en las personas que atienden. Por un lado, ha aumentado la tasa de adolescentes que no trabajan ni estudian, alcanzando en lo que va de año, el 22 %, y por otro lado se detecta en las familias un progresivo aumento de la tasa de desempleo desde 2010, llegando a alcanzar en 2011 a un 11,2% de las familias de los atendidos.

De los 1.717 jóvenes atendidos, 912 ingresaron en el programa, 521 jóvenes finalizaron el mismo, 266 causaron baja voluntaria durante el proceso y la mayor parte del resto fueron derivados a otros recursos.

En 2011 el perfil medio de joven atendido respondió al de un chico varón, de 17,38 años, procedente de Pamplona o alrededores, que vive con su familia, que estudia, y cuyo motivo de ingreso en el programa es, por este orden, consumo de drogas, conflicto familiar, o problemas escolares.

El número de familias atendidas en los quince años ha sido de 1.976 (entendiendo que normalmente las personas que acuden son el doble, al asistir dos progenitores por familia a las actividades). De ellas, 860 ingresaron en el programa, 576 finalizaron el proceso y 153 abandonaron voluntariamente antes de su finalización.

El perfil medio responde al de una pareja con edades de 48.7 años (el padre) y 45,5 (la madre), casados, que conviven, con estudios básicos o medios, trabajadores por cuenta ajena, provenientes también de Pamplona o alrededores.

En estos años han observado un cambio en las familias, ya que en 1997 la inmensa mayoría respondía al perfil de «familia tradicional», que sigue siendo la mayoritaria, pero ha aumentado la diversidad de tipologías, existiendo una mayor incidencia de familias reconstituidas por la madre, o reconstituidas por el padre, o aquellas en las que sólo existe la figura de la madre o del padre.

Otras características en las que hemos detectado cambios son los adolescentes inmigrantes (9,3 % en 2011), Adolescentes Adoptados (8 % en 2011) y aquellos con un diagnóstico en Salud Mental (21.3% en 2011) La mayor parte de estos últimos corresponden a jóvenes con trastornos de déficit de atención.

En estos quince años han llevado a cabo además 28 Escuelas de Madres y Padres, con un total de 795 sesiones realizadas, a las que han acudido 700 personas; han impartido 79 charlas, a las que han asistido unas 2.300 personas en total, y 53 talleres con una asistencia de unas 1.300 personas.

Respecto a las fuentes de financiación del programa Suspertu, han apuntado que habido en los últimos años un descenso muy significativo, en algunos casos total, de los ingresos provenientes de las entidades financieras.

Además de hacer balance de estos quince años, los responsables del programa han anunciado la próxima celebración en el mes de octubre, junto a la Universidad Pública de Navarra, de la II jornada de prevención de conductas de riesgo.