«Como media, un fumador hace entre 2 y 3 intentos serios de dejar el tabaco a lo largo de su vida y es en el segmento de edad comprendido entre los 35 y los 50 años en el que la mayoría de la población española se plantea el abandono de este hábito. De cada 100 personas que lo intentan, solo entre 6 y 10 lo consigue por sí misma. Cuando este intento se hace con ayuda (diagnóstico y seguimiento del especialista), un 40% por ciento logra su objetivo. En este sentido, actualmente contamos con tratamientos muy eficaces y coste-efectivos», explicó el doctor Juan Antonio Riesco, vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) durante la presentación de NiQuitin, unos nuevos comprimidos para chupar con sabor a menta, desarrollados por GlaxoSmithKline Consumer Healthcare que están indicados para las personas que hayan decidido dejar de fumar y necesiten una ayuda efectiva para combatir la ansiedad producida por la ausencia de nicotina.

Tal y como señaló Jesús Echarri, titular de oficina de farmacia, durante la presentación de este producto, «de todas las terapias disponibles en la farmacia para ayudar a la deshabituación tabáquica, las de sustitución de nicotina han sido con las que se han obtenido mejores resultados. En esta línea, todo apunta a que los comprimidos de menta van a suponer una revolución ya que los parches producen rechazo en muchos pacientes mientras que los chicles de nicotina también presentan problemas: por ejemplo, no se mastican de la forma adecuada. Con los comprimidos, la absorción de nicotina por parte del sistema nervioso central es muy rápida, y permite que en tan solo unos minutos la persona empiece a notar el efecto que elimina la necesidad de fumar».

Borja Sacristán, manager wellness de GlaxoSmithKline Consumer Healthcare, comentó que otra de las ventajas de este nuevo producto es su flexibilidad. «Permite que cada paciente abandone el tabaco a su ritmo, de forma personalizada, combatiendo la necesidad de nicotina y sustituyendo el cigarrillo por un comprimido».

Sacristán explicó que se han lanzado dos presentaciones en función del grado de tabaquismo de cada paciente: «Una de 1,5 mg, indicada para aquellos que fumen a diario una cajetilla o menos, y otra de 4 mg para las personas más dependientes, esto es, las que fumen más de 20 cigarrillos diarios».

En cuanto a los efectos del tratamiento, el doctor Riesco señaló que «se puede plantear un tratamiento programado con un número de comprimidos al día que irá reduciéndose paulatinamente. Lo ideal es seguir este tipo de tratamiento durante un mínimo de 14 semanas. Se puede reservar alguno de estos comprimidos para los momentos de impulsividad o ganas de fumar».

El vicepresidente de la SEPAR comentó también que el síndrome de abstinencia es la causa más importante de recaídas en los intentos por dejar de fumar. «Es cierto que el craving o la impulsividad por consumir tabaco hace que sea muy difícil para muchas personas abandonar el hábito, pero hay que concienciar a la población de que es posible dejar de fumar y de la necesidad de hacerlo: por cada cigarrillo menos se ganan 11 minutos de vida, y si se deja de fumar antes de los 40 años la esperanza de vida aumenta en hasta 9 años. No hay que olvidar que el tabaquismo es una enfermedad reconocida como tal que se caracteriza por ser crónica, recurrente y adictiva. Además de su elevado coste social (aproximadamente 16.500 millones de euros al año), hay que tener en cuenta que en España más de 50.000 personas fallecen anualmente a causa del tabaco».