La norma que establece la internación obligatoria de adictos al crack entró en vigencia ayer en la mayor ciudad brasileña, Sao Paulo, en medio de dudas y de polémica.

Según las autoridades, los adictos graves que deambulan por las calles de la metrópolis serán llevados a un Centro de Referencia de Alcohol, Tabaco y Otras Drogas (CRATOD), donde serán evaluados por médicos, que elaborarán un informe, en base al cual un juez podrá ordenar o no la internación en un centro de rehabilitación.

La gobernación de Sao Paulo aseguró que sólo en los casos considerados como graves -un diez por ciento del total- será ordenada la internación forzosa del paciente.

Aunque se trata de una medida prevista en la ley brasileña, la internación forzosa genera polémica y protestas por parte de organizaciones de defensa de la población callejera, como son los adictos al crack, que son el blanco principal de la nueva norma.

«La internación obligatoria está considerada como el último recurso. Debería ser una excepción, y no la norma», expresó el sacerdote Julio Lancelloti, en declaraciones que publica hoy el diario «Folha de Sao Paulo».

El psiquiatra Ronaldo Laranjeira, a su vez, aseguró que la internación forzosa ya es practicada en otros países, como Suecia, pero advirtió que el éxito de la medida depende de la estructura que posee cada Estado para atender a los drogadictos: «Tiene que haber estructura para atender a la demanda». Y de hecho, las posibilidades del Estado para atender a los pacientes internados contra su voluntad es hoy la gran duda que rodea la norma dictada por el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin.

En Sao Paulo existen hoy solamente camas en hospitales públicos disponibles para atender a adictos al crack, y el gobernador Alckmin todavía no anunció el dinero que será destinado al programa ni tampoco el tiempo de internación o el tipo de tratamiento que será adoptado.

Pese a ello, funcionarios del CRATOD revelaron que, desde la semana pasada, han recibido muchas llamadas telefónicas de familiares de adictos interesados en internarlos forzosamente, lo que hace prever que habrá una gran demanda por la medida.