En la sociedad en la que vivimos, el ámbito laboral adquiere cada día más importancia, el nivel de desempeño en las tareas y la involucración con la empresa son virtudes cada vez más valoradas por los empresarios.
Está de moda la idea de que el trabajador valora a la empresa como propia para conseguir de esta manera más dedicación y motivación por conseguir los objetivos previstos.
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Cada vez más proliferan los especialistas en recursos humanos con el fin de incentivar al trabajador y conseguir un mayor rendimiento y productividad en sus empresas.
Todos estos aspectos están muy bien en los casos en los que se tiene en cuenta al ser humano como individuo y no como un número más. Cuando la empresa hace por nosotros lo que necesitamos en cada momento, nosotros estaremos dispuestos a hacer lo que nos pidan porque nos sentiremos recompensados.
El problema es que, pocas veces se da una relación bidireccional. Cada día se exige más a los trabajadores, más trabajo, más compromiso, más dedicación y esto repercute seriamente en la salud física y psíquica del trabajador, de ahí que proliferen los casos de depresión y estrés laboral.
Muchos de nosotros no estamos preparados para asumir tantas responsabilidades y la presión que ocasiona el “estar a la altura de lo que se nos pide” nos va a provocar desasosiego, ansiedad, estrés, problemas de sueño, etc.
¿Tienes estos síntomas?
La dedicación al trabajo, como un problema adictivo, incluye muchos aspectos que describimos a continuación:
La conducta se mantiene porque cubre una serie de necesidades como:
Criterios emocionales
La dedicación al trabajo sirve en muchos casos como mecanismo de escape de una realidad patente a la cual el individuo no quiere enfrentarse.
Al igual que el resto de las adicciones, la persona se siente estimulada y relajada durante ese periodo, escapa de situaciones que no sabe como controlar y se refugia en su adicción para seguir adelante, ya que enfrentarse a su realidad sería muy duro.