La adicción al alcohol y los trastornos de alimentación -como la anorexia o la bulimia- podrían tener una vinculación genética que modificaría los tratamientos terapéuticos de estos problemas.

Así lo pone de manifiesto una investigación de la Universidad de Washington en un trabajo publicado en el número de septiembre de la Revista de Estudios sobre el Alcohol y las Drogas. Los investigadores aseguran que las personas alcohólicas pueden ser genéticamente más susceptibles a ciertos tipos de trastornos de la alimentación y viceversa.

«En la práctica clínica hemos observado que las personas con trastornos de la alimentación también tienen altas tasas de abuso del alcohol», aseguró Melissa A. Munn-Chernoff, responsable principal del estudio. 

Es la primera vez que se analizan la relación genética entre al alcoholismo y los trastornos de la alimentación en hombres y mujeres. El equipo de Munn-Chernoff analizó los resultados de 6.000 personas adultas y encontraron ciertos factores genéticos comunes entre la adicción al alcohol y los trastornos de alimentación como la anorexia.

«Hemos descubierto que algunos de los genes que influyen en la dependencia del alcohol también son responsables de las ingestas de comida en los hombres y las mujeres», explicó Munn-Chernoff. 

En total, casi el 25% de los hombres y el 6% de las mujeres que participaron en el estudio habían sufrido problemas con el alcohol en algún momento de su vida. Al mismo tiempo, casi el 11% de estos mismos hombres y el 13% de las mujeres habían experimentado trastornos de la alimentación y el 14% de las mujeres habían abusado de laxantes odiuréticos

Los investigadores establecieron una escala estadística que va desde cero (sin genes compartidos) a 1 (todos los genes compartidos). El equipo científico descubrió que la correlación genética entre la ingesta alimenticia y los problemas con el alcohol fue de 0,26. Una cifra que alcanza el 0,32 entre las mujeres.»Parece que algunos genes que influyen en la dependencia del alcohol también influyen en los atraconesen los hombres y las mujeres», explicó Munn-Chernoff. 

Los resultados de esta investigación podrían resultar determinantes a la hora de enfocar los tratamientos contra el alcoholismo o la anorexia y la bulimia. «Cuando usted va a un centro de tratamiento de trastorno de la alimentación no le hacen preguntas sobre el alcoholismo.

Y cuando usted va para el tratamiento del alcoholismo, por lo general no hacen preguntas acerca de los síntomas del trastorno», recordó Munn-Chernoff, quien confió en que con la nueva información los centrospuedan tratar ambos problemas a la vez.