El uso de internet ofrece numerosas posibilidades y ventajas en todos los ámbitos. Pero, un mal uso del mismo puede conllevar una serie de riesgos, sobre todo, en sectores de la población especialmente influenciables o vulnerables como pueden ser los niños, los adolescentes o las personas con determinados problemas psicológicos. La Encuesta Euskadi y Drogas 2012, elaborada por el Departamento de Salud del Gobierno vasco por medio de encuestas domiciliarias, ha recogido en esta ocasión el uso problemático de Internet como una posible causa de adicción. Este informe se realiza para conocer la extensión del consumo de las diversas sustancias en la comunidad autónoma. Entre las conclusiones del último estudio publicado recientemente figura que unos 20.300 vascos de entre 15 y 74 años (el 1,2% de la población) presentarían un uso problemático de Internet. Sin alcanzar ese rango, habría también un 1,8% de la población que estaría presentando un uso de riesgo.

Según los datos de la encuesta, el 72% de la población vasca de 15 a 74 años de edad utiliza Internet. De esa población, cerca de un 3% destina más de cinco horas diarias al uso de la red por razones ajenas a sus necesidades laborales o académicas. Se trata de algo más de 35.000 personas (2,1% de toda la población). Otras 226.000 personas –el 13,7% de la población- realizan un uso menor, pero en cualquier caso intenso (entre dos y cinco horas diarias).

La conclusión es que entre el 1,5% y el 6,7% de la población experimenta diversos problemas relacionados con el uso intenso de Internet. El más frecuente (6,7% de la población y casi uno de cada diez usuarios de Internet) consiste en dedicar más tiempo del que se considera conveniente; el 5,1% de la población señala que sus familiares se han quejado por el excesivo tiempo que destina al uso de la red. El 1,8% tiene problemas para controlar el impulso de acceder y el 1,6% -unas 25.000 personas- aseguran que han intentado sin éxito reducir su uso.

El hecho de que Internet haga que la interacción y la comunicación sean distintas a la vida cotidiana es lo que facilita su uso adictivo. Entre las diferencias más importantes, los especialistas destacan el anonimato, la ausencia de comunicación no verbal, el distanciamiento físico y el tiempo. «La red permite al sujeto sustituirse a sí mismo, poder ejercer todas sus fantasías, especialmente la sexuales, adoptar otras identidades y crear realidades alternativas sin las barreras del contacto dierecto y con la protección que da el anonimato», resaltan.