Las carencias afectivas y la soledad son algunos de los factores que propician adicciones de reciente aparición como las relacionadas con internet y los teléfonos móviles, actividades que pasan a ser realizadas «compulsivamente y por llenar el tiempo, con lo que ya no dan casi placer».

Así lo explicó ayer a los periodistas el profesor de Antropología Social de la Universidad de Salamanca, Angel Espina, quien dirige el curso Las adicciones y sus contextos culturales, familiares y clínicos que se celebra en la institución académica y en el que se abordan las características y la psicoterapia de las nuevas adicciones, así como el uso y abuso de las drogas en las culturas tradicionales y modernas. «Todas las conductas adictivas en principio no son ni buenas ni malas, incluso dan placer, el problema es cuando se realizan compulsivamente», señaló Espina.

En el caso de la red, los factores positivos serían «divertirse e informarse», comunicarse en el de los teléfonos móviles y tener relaciones y obtener placer en lo que se refiere al sexo, si bien una vez que la conducta se convierte en compulsiva, estas actividades «se realizan de manera automática y no dan casi placer», refirió el profesor.

Además, puntualizó que «cualquier cosa» puede producir adicción: las compras, el trabajo, la religión o la limpieza excesiva.

Según Espina, «es difícil saber cuándo alguien es realmente adicto y sufre una patología», aunque existen criterios como el del porcentaje de tiempo cotidiano dedicado a estas actividades, que se considera excesivo si a la persona «le impide relacionarse con las familias, trabajar, o desempeñar actividades necesarias para la vida».

Pero más importante que el tiempo son la frecuencia y forma de realizar estas acciones. Espina precisó que no existe un perfil concreto de adictos a las nuevas tecnologías y el porcentaje no es muy alto, pues tampoco lo es el de las personas que las emplean, si bien «es más frecuente en los jóvenes», que son sus principales usuarios.