Un estudio del Hospital Germans Trias i Pujol, y cuyos resultados se han publicado en Medicina Clínica, ha revelado que los pacientes que siguen un tratamiento sustitutivo de la heroína con metadona son cada vez de mayor edad y muestran mayor frecuencia de comorbilidad psiquiátrica pero, en cambio, presentan un «marcado descenso de las infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana y las hepatitis».

La metadona es un potente agonista opiáceo sintético que actúa en los receptores específicos del sistema nervioso. A mediados de los sesenta se introdujo como fármaco eficaz para el tratamiento de la adicción a la heroína en Estados Unidos. Desde entonces, se utiliza regularmente en más de un millón de personas en todo el mundo, de las que 600.000 son pacientes europeos.

Su uso terapéutico reduce el consumo de la droga, retiene a los pacientes en el sistema de salud, disminuye la mortalidad por sobredosis y la transmisión del virus inmunodeficiencia humana y de las hepatitis B y C. No obstante, aunque el beneficio individual y poblacional del tratamiento sustitutivo de la heroína es incuestionable, después de cuatro décadas de experiencia todavía subyacen controversias sobre su utilización.

En el estudio, coordinado por la doctora Arantza Sanvisens, se analizaron las características clínicas de 1.678 pacientes incluidos en un programa de metadona durante 19 años. Los resultados ponen de manifiesto que la población en tratamiento es cada vez mayor cuando lo inicia, y que la utilización de la vía intravenosa es cada vez menor.

Por ello, concluyen los autores, «es preciso conocer los cambios ocurridos en esta serie temporal para contribuir al diseño de mejores tratamientos para reducir el impacto de la adicción a los opiáceos».

Medicina Clínica (2014); doi: 10.1016/j.medcli.2012.10.023