La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) considera una «equivocación» que la Comisión Europea permita en la directiva europea del tabaco aprobada la semana pasada que los productores de cigarrillos electrónicos puedan comercializar estos artículos como productos médicos, cuando todavía no hay datos sobre cómo pueden afectar las sustancias que contienen a la salud de sus consumidores.

En un comunicado, esta sociedad científica que representa a más de 20.000 profesionales de Atención Primaria de toda España ha mostrado su rechazo por esta norma y avisa de que por los «escasos» estudios disponibles hasta el momento se sabe que algunos de estos dispositivos llevan sustancias perjudiciales.

Asimismo, recuerda que en caso de que el productor de estos cigarros opte por comercializarlos como productos derivados del tabaco se podrán seguir vendiendo en establecimientos comerciales, con «el riesgo que esto entraña para el reinicio del hábito en exfumadores y como nueva puerta de entrada al consumo de nicotina entre los más jóvenes».

«Es bastante significativo que la Asociación de Vapeadores esté contenta con esta directiva, ya que no entra en restricciones para estos productos y lo que regula parece que está de acuerdo con lo que ellos querían», ha denunciado Ana María Furió, coordinadora del Grupo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de semFYC.

Además, la nueva regulación europea sólo prohíbe la publicidad transfronteriza, lo que permitiría que se siguiera haciendo publicidad y promoción en España, de ahí que pidan la prohibición total de su publicidad y uso en todos los espacios públicos cerrados.

En cambio, la semFYC se ha mostrado partidaria de las nuevas restricciones de venta y el endurecimiento de las advertencias de las cajetillas de tabaco, si bien Furió admite que este tipo de avisos «tienen poca efectividad».