El Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) ha diagnosticado y tratado el primer caso en España, el segundo documentado en el mundo, de neumonía lipoidea asociada al cigarrillo electrónico.

La jefa de la Unidad de Broncología del hospital coruñés, Carmen Montero, ha explicado los detalles sobre el caso de un fumador cuya vida ha estado comprometida en los últimos días.

Este paciente, de unos 50 años, era un «fumador importante» que, «cuando ingresó en el hospital, ya fumaba cigarrillos electrónicos» y aumentó su consumo mientras estaba en su habitación hasta las cinco cargas diarias, equivalente a cinco cajetillas.

Allí se aprovechaba del vacío legal que impide el consumo del tabaco tradicional en lugares públicos cerrados, pero que de momento no regula los cigarrillos electrónicos.

Aunque no estaba en el hospital por motivos neumológicos, pronto empezó con «tos, fatiga y disnea», por lo que se le realizaron una radiografía, un TAC y una broncoscopia, en los que se detectaron infiltrados pulmonares.

Los resultados concluyeron que padecía una neumonía lipoidea por cigarrillo electrónico, el primer caso documentado en España y el segundo a nivel mundial, tras uno que se publicó en la revista Chest.

La causa de la neumonía era la presencia de glicerina vegetal entre los componentes de las cargas de los cigarrillos electrónicos, que es imprescindible para poder vaporizar la nicotina líquida que llega a los pulmones de los consumidores sin combustión previa.

Esta glicerina, que es un lípido, se fue acumulando en los pulmones del paciente hasta que su vida corrió peligro, aunque tras la prohibición del consumo de cigarrillos electrónicos «evoluciona bien», ha agregado la doctora Montero.

La médica adjunta y responsable de la unidad de tabaquismo del servicio de neumología del CHUAC, doctora Julia Tábara, ya advirtió ayer de que la utilización de estos dispositivos no solo es muy peligrosa desde el punto de vista sanitario, sino que además la Organización Mundial de la Salud (OMS) prohíbe que se publiciten como medio para dejar el tabaco habitual.

De hecho, comentó que no son pocos los que utilizan estos cigarrillos para seguir fumando donde no se puede y ponen así en riesgo también la salud de los fumadores pasivos, que se ven obligados a respirar todo lo que sale de ellos, como la nicotina.

No todos los cigarrillos electrónicos llevan nicotina, una sustancia muy adictiva, pero sí que contienen otros elementos como elpropilenglicol -irritante en las vías respiratorias y causante de asma en niños-, la glicerina vegetal, las nitrosaminas -cancerígenas-, el dietilenglicol -presente en anticongelantes-, los denominados sabores y otros metales pesados.

Escepticismo entre los fabricantes

La Asociación Nacional Española de Vapeadores (ANEV), que agrupa a un total de 11 fabricantes de cigarrillos electrónicos, se ha mostrado hoy «muy escéptica» ante la posible relación entre el uso del cigarrillo electrónico y este caso de neumonía lipoidea.

El presidente de ANEV, Pedro Cátedra, ha recordado que en países como Estados Unidos o Italia se utilizan estos cigarrillos desde hace más de una década y que durante ese tiempo más de 60 millones de personas lo han empleado.

«Incluso en el caso de que el paciente estudiado por el CHUAC estuviera realmente relacionado con el uso del cigarrillo electrónico, se trataría del segundo detectado en el mundo. No nos parece representativo«, ha incidido Cátedra.

La ANEV admite que un uso excesivo de estos cigarrillos «puede generar problemas, igual que puede ocurrir con el exceso de azúcar o sal», pero recuerda que «está absolutamente demostrado que los cigarrillos electrónicos y los líquidos para su recarga son una alternativa sensiblemente menos tóxica que el tabaco tradicional«.

En esta línea, apunta que el paciente detectado en A Coruña ha admitido ser fumador de tabaco tradicional y haber consumido cuatro cartuchos de nicotina diarios, equivalentes «a 80 cigarrillos» tradicionales: «Un uso totalmente inadecuado y desproporcionado del producto», añade Cátedra.

«A día de hoy no hay una sola muerte que pueda relacionarse» con el consumo del cigarrillo electrónico, concluye la nota.