El cannabis podría afectar al tamaño y la forma de los espermatozoides. Es lo que indica una investigación de las universidades de Sheffield y Manchester (Reino Unido) que asegura que los jóvenes que consumen cannabis pueden estar poniendo en riesgo su fertilidad involuntariamente.

Este estudio de la influencia de los estilos de vida en la calidad de los espermatozoides, publicado en Human Reproduction, que analizó a 2.249 hombres de 14 clínicas de fertilidad, halló también que hábitos como el consumo de alcohol y tabaco tenían poco efecto. Los autores sólo obtuvieron datos fiables sobre la morfología de los espermatozoides de 1.970 hombres, por lo que compararon la información de 318 hombres que producían esperma en el que menos del 4% tenía el tamaño y la forma adecuados y un grupo de control de 1.652 hombres con más de ese 4% de esperma con una morfología «normal» según las definiciones médicas actuales.

Los hombres cuya eyaculación tenía menos de un 4% de esperma normal poseían casi el doble de probabilidades de haber dado la muestra en los meses de verano (entre junio y agosto) o, si eran menores de 30 años de edad, haber consumido cannabis durante el periodo de los tres meses anteriores a la eyaculación de la que se extrajo la muestra. «Es reconfortante encontrar que hay algunos riesgos muy identificables. Nuestros datos sugieren que se podría aconsejar a los consumidores de cannabis que dejen de tomar la droga si se están planeando formar un familia», señala el autor principal de este trabajo, Allan Pacey, profesor titular de Andrología de la Universidad de Sheffield. Investigaciones anteriores han sugerido que sólo los espermatozoides con buena morfología son capaces de pasar al cuerpo de la mujer y hacer el recorrido hacia el óvulo y fertilizarlo. Estudios realizados en el laboratorio sugieren que los espermatozoides con morfología pobre nadan peor porque su forma anormal les hace menos eficientes.