El consumo de alcohol por parte de los conductores se redujo en Brasil un 45 % desde 2007, un año antes de que fuera adoptada la ley de «tolerancia cero» para quien dirige bajo el efecto de bebidas alcohólicas, informaron fuentes oficiales.

En concreto, el porcentaje de conductores que admite haber dirigido ebrio cayó desde el 2 % en 2007 hasta el 1,1 % en 2013, según un estudio divulgado este martes por el Ministerio brasileño de Salud.

La coordinadora de Vigilancia de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio, Deborah Malta, explicó que esa reducción significativa puede atribuirse a la aprobación de leyes más rígidas para castigar al conductor que conduce alcoholizado.

La primera «ley seca» de 2008, como se la conoce en el país, fue endurecida en 2012 con el aumento de la vigilancia por parte de las autoridades y mayores penas para los infractores.

Entre otras cosas, la reforma de 2012 introdujo la obligación de que los conductores involucrados en accidentes de tráfico se sometan a pruebas para comprobar si consumieron alcohol o sustancias psicoactivas, a lo que anteriormente podían negarse.

Los conductores que hayan bebido se enfrentan a una suspensión de su permiso por 12 meses y a multas de 1.915,40 reales (unos 800 dólares), el doble en caso de reincidencia.

En Brasil, los accidentes de tráfico son una importante causa de muerte y el Ministerio de Salud recordó que 169.869 personas fueron hospitalizadas en 2013 en el Sistema Público de Salud (SUS) como consecuencia de ellos.

El Gobierno brasileño puso en marcha en 2010 un plan integral para abordar el problema, que, entre otras cosas, incluyó campañas de educación y actualización de los bancos de datos sobre accidentes para poder prevenir mejor sus causas.