Opuesto a la legalización de la marihuana, el gobierno de Brasil aceptó facilitar el acceso del canabidiol a los pacientes que usan este medicamento extraído de la marihuana, tras retirarlo el miércoles de la lista de sustancias prohibidas.

Las autoridades ya habían dado el primer paso hacia la liberación de este compuesto al autorizar en diciembre su prescripción por parte de neurólogos, neurocirujanos y psiquiatras. Sin embargo, el canabidiol seguía en la lista de sustancias prohibidas por lo que su venta estaba prácticamente vetada.

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) decidió excluir el producto de esa clasificación al reconocer que no hay registro de dependencia relacionada con su uso, y que por el contrario, estudios científicos revelan que la sustancia ayuda al tratamiento de enfermedades como la epilepsia grave.

«Es una gran victoria, es un gran cambio para todos los niños que sufren epilepsia«, dijo Valdir Francisco Vaz, cuyo hijo utiliza el canabidiol a diario desde 2014 para sobrellevar la enfermedad.

El medicamento reduce casi a cero las crisis de convulsiones, y además mejora el sistema cognitivo de su hijo, comentó.

«Su calidad de vida es otra», señala. Junto a otros padres, Vladir llevó adelante una intensa campaña por las redes sociales para pedir la liberación del canabidiol.

El canabidiol todavía es recetado bajo estricto control como alternativa al tratamiento convencional de múltiples enfermedades.

Tras la decisión de Anvisa, se espera que se reduzcan sensiblemente los plazos para la importación del producto que podía tardar hasta 20 días, y se fomente la investigación para ampliar sus usos médicos.

Renato Porto, presidente de Anvisa, aclaró sin embargo que la decisión no debe trasladarse a la discusión sobre otros usos del cannabis u otros componentes que siguen siendo prohibidos.

«La legalización de las drogas no está hoy en la agenda», declaró el sábado el ministro de Justicia José Eduardo Cardozo al diario O Globo.

La presidenta de izquierda Dilma Rousseff admite tener una posición conservadora al respecto y no es partidaria de adoptar cambios, como lo ha hecho el vecino Uruguay con la despenalización y regulación del mercado de marihuana.