Publicado en la revista médica británica British Medical Journal, este estudio, realizado por investigadores de las universidades escocesas de Glasgow y Stirling, involucró a 612 mujeres embarazadas y fumadoras residentes en la primera de estas ciudades.

Se le ofreció a la mitad de ellas bonos de compra por un valor máximo de 400 libras esterlinas (unos 600 dólares) por participante para incitarlas a dejar de fumar.

Un primer bono valorado en 50 libras (unos 74 dólares) fue entregado a quienes aceptaron participar en una reunión con un profesional con el objetivo de fijar una fecha para dejar de fumar.

Otro bono esperaba para quienes lograran no fumar durante cuatro semanas, luego otro de 100 libras (150 dólares) para las que llegaran a las 12 de abstinencia, y finalmente otro más de 200 libras (300 dólares) para un periodo de 34-38 semanas sin tocar un cigarrillo.

Para controlar que las participantes en este estudio dejaban efectivamente de fumar se realizaron análisis sobre muestras de saliva u orina.

«Muchas más» mujeres a las que se les prometieron estos bonos de compra lograron dejar de fumar que entre las cuales no tenían ningún incentivo financiero.

El 23% de las mujeres del primer grupo lograron dejar de fumar durante ese periodo, contra sólo 9% de las que no recibieron ninguna compensación económica.

Un año después del comienzo de esta experiencia, » el 15% de las mujeres con incentivos financieros continuaban haciendo abstinencia del tabaco, contra solamente 4%» en el otro grupo, según un comunicado de BMJ.

La mayoría de las mujeres que participaron en este estudio provenían de medios pobres, pero la idea de un incentivo financiero «parece funcionar» en todas las categorías sociales, explicó a AFP David Tappin, de la universidad de Glasgow, coautor del estudio.

Este método requeriría una inversión relativamente elevada, pero seguramente menor que los costos globales que provocan los efectos nocivos del tabaco sobre los fetos y recién nacidos, según consideran los investigadores. Se calcula en unos 5.000 el número de abortos espontáneos anuales atribuidos al consumo de tabaco en Reino Unido.