Beber alcohol durante el embarazo puede causar daño cerebral, lo que lleva a una serie de problemas de desarrollo, cognitivos y conductuales que pueden aparecer en cualquier momento durante la infancia y ya se muestran gravemente en el bebé.

Sin embargo, señala Francisco Pascual, vicepresidente de la sociedad científica SOCIDROGALCOHOL, «una reciente investigación publicada ahora en la revista ADICCIONES indica aún elevados porcentajes de consumo de alcohol por gestantes cuando la recomendación es consumo cero. Se observa una reducción del consumo de tabaco, que no se hace con el alcohol, y a eso se añade el riesgo teratógeno de tomar alcohol el primer mes (cuando la mujer aún no sabe que está embarazada)». Los daños graves son malformaciones del bebé y eventual muerte del feto, alteraciones en el comportamiento del niño con dificultades en adaptación a la escuela o a la familia.

Según la investigación Exposición a tabaco, alcohol y drogas de abuso en gestantes. Estudio de prevalencia en gestantes de Málaga (España), de Marta Blasco-Alonso, Ernesto González-Mesa y otros autores, el 40.7% de mujeres toma alcohol el primer trimestre del embarazo y el 17,1 por ciento sigue tomando alcohol los tres últimos meses. Tener mayor nivel educativo se asocia a mayor consumo de alcohol en la gestación y menor consumo de tabaco.

Trastornos

Trastornos del espectro alcohólico fetal (Fetal Alcohol Spectrum Disorders, FASD o TEAF) es el término general para los diferentes diagnósticos que incluyen el síndrome de alcoholismo fetal (SAF), síndrome de alcohol fetal parcial, trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol, y defectos de nacimiento relacionados con el alcohol. Cuando una mujer bebe alcohol durante el embarazo, se arriesga a dar a luz a un bebé que pagará las consecuencias -con deficiencias mentales y físicas- el resto de su vida. La exposición del feto al alcohol se produce cuando una mujer bebe durante el embarazo. Ninguna cantidad de alcohol es seguro para las mujeres embarazadas que beben.

El FASD es más común que los investigadores habían pensado según indicó George F. Koob, PhD, director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo en la conferencia del 13 de abril pasado. Una nueva investigación muestra que el trastorno afecta entre 2,4 por ciento y 4,8 por ciento de los niños estadounidenses

Algunos estudios llaman la atención sobre el alto volumen de niños afectados en Europa. Según algunos análisis (Epidemiology of FASD in a province in Italy: prevalence and characteristics of children in a random sample of schools realizado por May PA en Alcohol Clin Exp Res.2006 Sep;30(9):1562-75 in Pub Med: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16930219) la prevalencia de SAF (FAS) llega del 3,7 al 7,4 de cada 1.000 niños en algunas zonas, lo cual elevó las cifras aceptadas hasta ahora para Europa Occidental. Las estimaciones de prevalencia actuales de FASD es de 0,5 a 7 casos por cada 1.000 nacidos vivos en Estados Unidos («Recognizing Alcohol-Related Neurodevelopmental Disorder (ARND)» in Primary Health Care of Children, 2011).

Daños

Los daños que produce en el bebé el hecho de que la madre tome alcohol son muy numerosos. Las evidencias indican que el alcohol afecta principalmente al desarrollo del cerebro. Los principales perjuicios ocasionados al bebé son: anomalías faciales características, anomalías del desarrollo del sistema nervioso central, trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol (ARND), defectos de nacimiento relacionados con el alcohol (ARBD). Otras problemas producidos por el consumo de alcohol en la gestación son la microcefalia, deterioro intelectual (leve a moderado retraso mental), retraso en el desarrollo, hiperactividad en la infancia o trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH), malformaciones cardíacas y otros.

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Exposición a tabaco, alcohol y drogas de abuso en gestantes. Estudio de prevalencia en gestantes de Málaga (España).

Marta Blasco-Alonso*, Ernesto González-Mesa*, Milagros Gálvez Montes*, Isabel Lozano Bravo*, Federico Merino Galdón*, Francisco Cuenca Campos*, Gema Marín Schiaffino*, Sergio Pérez Torres*, José Herrera Peral*, Inmaculada Bellido Estévez**

* Departamento de Obstetricia y Ginecología. Universidad de Málaga. Hospital Regional Universitario de Málaga.

** Departamento de Farmacología. Facultad de Medicina. Universidad de Málaga.

Revista ADICCIONES, 2015 – Volumen 27 – Número 2.