Las políticas de drogas se han flexibilizado en los últimos años. Una prueba de ello es México, país en el que en un histórico hecho la Suprema Corte de Justicia legalizó el miércoles el uso de la marihuana con fines recreativos.

Sin embargo, Irlanda parece ir más allá de permitir el uso del cannabis, pues el ministro encargado de la Estrategia Nacional de Drogas, Aohán Ó Ríordáin, dijo en un discurso, en la escuela de Economía de Londres, que en Dublin, capital de ese país, serán creados el año que viene centros de consumo bajo supervisión médica donde los adictos podrán utilizar sustancias como la cocaína, la heroína y la marihuana, según informó The Irish Times.

Para sorpresa de muchos, en su intervención el ministro también aseguró que además se planea despenalizar el porte de esas drogas en pequeñas cantidades, cuando sean para uso personal. Esto, como una estrategia para que haya un cambio cultural radical en el enfoque de la adicción a las drogas, problema que, para él, debe ser removido del sistema de justicia penal.

El alto funcionario defendió esta idea señalando que los consumidores estarían en un ambiente controlado, evitando riesgos para ellos y para la comunidad. Agregó que esta política no se basa en las drogas como tal sino en las personas que las utilizan, quienes necesitan de un tratamiento para la rehabilitación.

Según informó ese portal, el anuncio del ministro se dio a raíz de un informe que se filtró de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en el que se pide que el consumo de drogas sea despenalizado por razones de salud pública y de derechos humanos.

Si bien la propuesta del minstro parecería descabellada, no está muy alejada de lo que sugirió un informe de la Comisión Global de Políticas Sobre Drogas -en 2014- en el que indicaron que era necesario un régimen de control de drogas mundial, nuevo y mejorado, en el que se proteja la salud y la seguridad de las personas, además de implementar nuevas normas que fueran menos represivas pero sí más humanas y eficaces.