La secuencia de ADN de nuestro genoma, contiene la información necesaria para producir los tejidos y órganos de nuestro organismo y hacerlos funcionar. Paralelamente, en cada célula se producen diferentes modificaciones bioquímicas sobre el ADN, que crean un registro epigenético de las experiencias o exposición a factores y pueden regular la expresión de los genes.

Hace un par de años, un estudio mostraba que la cantidad de metilación -una de las marcas epigenéticas- en posiciones específicas del genoma de las células de la sangre del cordón umbilical, correlacionaba con el hecho de si la madre había fumado durante el embarazo. Un reciente trabajo, publicado en la revista Environmental Research ha ido más allá y estimado que la sangre de los niños de hasta 5 años contiene marcas derivadas de la exposición prenatal al tabaco.

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