El Gobierno afgano ha comenzado una iniciativa para luchar contra el terrible problema de la drogodependencia en un país con más de 2,4 millones de adictos con la transformación de una antigua base militar de la OTAN en la capital, Kabul, en centro de tratamiento y atención.

El problema de las drogas en Afganistán en consustancial a su principal exportación: el opio. A pesar de registrar un descenso del 48 por ciento el año pasado, el país alcanzó una producción de 3.300 toneladas en 2014 y es prácticamente la única de vía de escape para miles de jóvenes afganos desempleados que ven en el cultivo la única forma de encontrar trabajo en un país arrasado por la guerra.

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