Esta semana se ha celebrado en Madrid la jornada «Retos en la intervención frente a las violencias sexuales en contexto de ocio y consumo de drogas», en la que se han presentado los resultados del Informe 2014/2015 de este Observatorio.

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Observatorio cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos sexuales en espacios de ocio nocturno
es una iniciativa de FSC, enmarcada en una línea de trabajo sobre la interacción entre la violencia de género y las drogas, en la que esta entidad viene trabajando en los últimos 15 años.

El Observatorio, financiado por el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), se inició en septiembre de 2013 y presentó un primer informe en el 2014 sobre los resultados observados en la primera fase del proyecto. Este segundo informe está basado en los resultados obtenidos en una segunda fase de observación entre octubre de 2014 y septiembre de 2015.

Según ha expresado Gemma Altell, subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familia de FSC, que ha presentado el Informe de Resultados 2014-2015 del Observatorio Cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos sexuales en contextos de ocio nocturno, en esta segunda fase, se ha seguido apostando por las metodologías cualitativas para facilitar la comprensión de las creencias, actitudes, motivaciones y comportamientos que se dan entre los y las jóvenes sobre el consumo de drogas, la sexualidad y las violencias sexuales, a partir de sus propios relatos y desde sus propias perspectivas.

Por otro lado, ha señalado que la gran mayoría de estudios que investigan el uso y abuso de drogas tiene un sesgo y perspectiva androcéntrica. En este sentido, el punto de vista femenino ha estado tratado en menor profundidad con relación al consumo recreativo de sustancias en entornos de ocio nocturno y al posible vínculo que puede existir con los acosos y abusos sexuales que se pueden dar en los mismos. Sin embargo, este Observatorio sitúa la perspectiva de género como eje central del análisis.

Algunas de las principales cuestiones que se destacan en este informe, y se han puesto de manifiesto durante la jornada, son:

– Las drogas despiertan el sexismo latente.

En la última década, la realidad de la violencia sexual en los espacios de ocio nocturno y el consumo de drogas han tomado una especial relevancia en el contexto europeo, tras las distintas voces de alarma emergentes en distintos países sobre el aumento de mujeres agredidas sexualmente mediante el uso de sustancias.

– Las agresiones sexuales premeditadas (el agresor de forma intencionada proporciona una sustancia) son minoritarias.

En el contexto español, la gran mayoría de casos de «sumisión química» obedece a patrones oportunistas y no premeditados (agresiones sexuales que se producen con una persona prácticamente inconsciente, debido a un consumo voluntario de sustancias). La droga que aparece en la mayoría de casos es el alcohol.

– La alarma de la «sumisión química» ha puesto de nuevo sobre la mesa la relación entre el consumo de sustancias y las conductas violentas.

En este sentido, se observa una tendencia a situar la responsabilidad de las agresiones en el consumo previo, como si el detonante de la violencia sexual fuera la sustancia, dejando completamente de lado la responsabilidad de los agresores en el ejercicio de estas conductas. La violencia sexual encuentra sus raíces en el sexismo, en la cultura sexual de hombres y mujeres.

– El consumo de sustancias no convierte a los hombres en agresores sexuales en potencia ni a las mujeres en víctimas.

Según el informe, si así fuera, no dejaría de sorprendernos que las mujeres, que también consumen, no agredan sexualmente. Pero atribuir la responsabilidad a las drogas es mucho más efectivo y contribuye a crear esa ficción de que si nadie consumiera no habría agresiones sexuales en las fiestas.

– La violencia sexual es uno de los principales riesgos que las mujeres tienen cuando salen de fiesta.

Las mujeres consumen tanto como los hombres cuando salen a divertirse. Ahora bien, a menudo se confunde esta realidad con el hecho de que estos espacios se hayan convertido de repente en igualitarios. El aumento del consumo de las mujeres no está relacionado con un cambio en las relaciones entre hombres y mujeres, sino con un modelo de éxito social al que las mujeres también quieren acceder, pero donde los riesgos son muy diferentes entre ellas y ellos.

– El peso de los discursos preventivos debe redirigirse urgentemente hacia los chicos jóvenes.

Muchas de las campañas preventivas desarrolladas hasta el momento van dirigidas a las chicas jóvenes para que se controlen y limiten sus comportamientos. Pocas experiencias van destinadas a los chicos para que incorporen a sus formas de flirteo una postura ética y no sexista.

Por otra parte, las técnicas empleadas en la metodología para elaborar el Informe de resultados 2014/2015 del Observatorio cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos sexuales en espacios de ocio nocturno han sido, entre otras, la recopilación y análisis previo de fuentes secundarias para el marco teórico de la investigación; la captación mediante el sistema de muestreo de «bola de nieve» y formación del equipo de colaboradores/as, así como la realización de entrevistas en profundidad a informantes clave y líderes de opinión que han servido como línea base de contraste de los hallazgos y datos de campo.

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2014 2015