«He aprendido mucho de esta profesión, del trato con los enfermos, pero no sólo de la parte científica, sino del ser humano.»

La novela habla de Laura, una mujer prostituta alcohólica y madre soltera, que se desprende anónimamente de su hija de un año para protegerla, aunque seguirá su evolución a distancia.

Tras años de total degradación, logra dejar el alcohol y la prostitución gracias al amor de otra mujer. Pero la convivencia no es fácil. Laura resistirá la traumática ruptura sentimental sin apartarse del camino de superación personal emprendido para ser digna de su hija. Solo cuando pierde el rastro de la chica, a la que ahora llaman Mercedes, se abandona de nuevo a la prostitución y al alcohol. Un dramático acontecimiento la obligará a reaccionar.

En esta primera novela de Alicia Rodríguez-Martos habla sobre la superación personal. La autora quería que el lector se diera cuenta del dolor, de la pérdida, que estas personas merezcan respeto por el esfuerzo que realizan. Si se etiquetara la novela con una palabra, esta sería sin lugar a dudas el amor.

P: La novela se llama «Si te llaman Mercedes» pero la protagonista se llama Laura, ¿cómo decidiste este título?

R: La protagonista se llama Laura, y su hija Rosario. La niña se inscribió de forma legal como hija natural de Laura y de padre desconocido, y fue bautizada como Charito. Pero como Laura se desprendió de la criatura de forma anónima y no dejo ninguna señal de identificación de la niña, los padres que se la quedaron al inscribirla le pusieron otro nombre, Mercedes. Y para ella («Si te llaman Mercedes»), son las páginas que constituyen la novela.

P: ¿Cómo te pusiste en la piel del personaje de Laura?

R: De entrada para entrar en el personaje de Laura hace falta una gran empatía, ser una persona sensible. Esto te hace más fácil meterte en cuerpo y alma en el personaje y entenderla desde dentro. En el caso de una persona con una drogodependencia, al haberme puesto muchas veces al lado y a veces hasta dentro de algún paciente para intentar entenderle y ayudarle, si diseño o escribo sobre un personaje con este problema, no me es difícil recordando cosas que he vivido a través de mis pacientes, a través del sufrimiento que he visto desde dentro, metiéndome en su piel e intentando verlo desde dentro. Las historias son ficción pero los momentos de dolor o de placer no me los tengo que inventar porque los he vivido a través de mi experiencia profesional, en especial los momentos de dolor. Es sorprendente la gran cantidad de problemas enormes que pueden tener, su capacidad de superación, la generosidad que tienen en circunstancias muy adversas,… Yo he aprendido mucho de esta profesión, del trato con los enfermos, pero no sólo de la parte científica, sino del ser humano.

P: Y a veces parece que la persona que toma drogas no se esfuerza o no sufre, y esta parte no se ve.

R: Esto es lo que sabe mal. Me acuerdo que muchas veces, especialmente al principio de dedicarme a esto, colegas míos de profesión me comentaban: «¿Y no es muy duro dedicarse a las drogas? Porque son casos perdidos». Y yo les contestaba: «¿Y dedicarse al cáncer? Desde el punto de vista físico hay enfermedades muy graves pero con el tiempo hay más personas que salen de ello, aunque es evidente que te enfrentas a muchos dramas. ¿No vale la pena si hay personas a las que puedes ayudarlas? Claro que hay casos difíciles, pero… ¿que se tienen que dejar, como desahuciados? Porque no lo están. Mira, cuando yo empecé psiquiatría existíala idea de que los alcohólicos eran unos desahuciados y en el psiquiátrico municipal donde yo empecé a trabajar, me encontraba con unas historias clínicas en unas carpetas monumentales donde encima de la carpeta ponía DA, que significaba departamento de admisiones. Esto era porque aquellos pacientes que ingresaban por una embriaguez aguda, no pasaban del departamento de admisiones, a dormir la trompa y al día siguiente ya estaban en la calle, engrosando así el tamaño de las carpetas de este DA con sus sucesivos ingresos. Claro que yo pensaba que estas personas tenían un problema, y que no podía ser que entraran y salieran como si fuera una puerta giratoria; se tenía que ayudar a estas personas. Recuerdo que yo era adjunta de sala y teníamos un horario de 4 horas por la mañana, y por mi cuenta empecé a ir dos tardes a la semana para trabajar en grupos de terapia de alcohólicos, para empezar a tratarlos y evitar que entraran y salieran de aquella manera. En este momento pusimos la primera piedra en el tratamiento del alcoholismo a nivel municipal.

P: Y en la actualidad, ¿también sucede este efecto de la puerta giratoria?

R: Bueno, tú puedes entrar en un hospital de urgencias por una complicación debida a las drogodependencias, sea una intoxicación u otra cosa. Eso está bien para resolver la urgencia, pero ahí no se acaba, pues lo lógico es asegurarte de si está en tratamiento y si es que no, derivarlo. Antes no había recursos terapéuticos específicos, a excepción del dispensario de alcoholismo dels hospital clínico. El doctor Bach y el doctor Freixa fueron pioneros del tratamiento del alcoholismo en Barcelona y de los primeros en España, cuando abrieron el dispensario del alcoholismo en el Hospital Clínico a finales de los 60, siendo adjuntos de psiquiatría y por la dedicación personal en este tema, que funcionaba varias tardes a la semana. El doctor Bach llevaba el grupo de mujeres y el doctor Freixa el grupo de hombres, y realmente hicieron una tarea increíble. Muchos de los profesionales que ya son mayores y trabajan en este campo hemos aprendido con ellos.

P: ¿El trabajo en grupos es muy importante para el éxito en el tratamiento?

R: Es importantísimo. Porque si una persona con este problema no sabe que hay otros que también lo tienen, se siente como un marginado, un bicho raro o un incomprendido. Las drogodependencias implican muchas recaídas, hay personas que lo superan a la primera pero hay muchas personas que necesitan de muchas recaídas, lo cual no quiere decir que se tenga que recaer para evolucionar bien; pero algunas personas recaen alguna vez hasta que encuentran el camino. Entonces, todo esto se hace mucho más largo cuando uno está solo, y si se empieza un tratamiento y se recae estando solo, entonces es muy fácil desmoralizarse, pero si se ve que hay otras personas que están perfectamente recuperadas y te explican que a ellos también les pasó, entonces uno lo ve mucho mejor.

Después, el grupo ayuda mucho a la familia. En los mixtos, con acompañamiento del familiar de referencia al paciente, se veque algunos familiares, por un lado, tienen vergüenza y, por el otro, culpabilizan al paciente, pero todo esto va desapareciendo en el seno del grupo, porque van viendo que hay otras familias y otros pacientes, y esto ayuda muchísimo. También ayuda mucho a los profesionales, ya que en los grupos salen contenidos que quizá no habían aparecido en la entrevista individual, espontáneamente o por reacción a un conflicto, por poner un ejemplo. Se puede hacer sin la ayuda del grupo, pero el camino sería más lento.

P: ¿Crees que los discursos hacia las personas drogodependientes son demasiado pesimistas en relación a su evolución?

R: Yo de entrada haría distinción entre drogodependencia y la persona drogodependiente. Pienso que es un error creer que las personas son diagnósticos o etiquetas, a mí no me gustan las etiquetas y las he usado porque cuando tienes que cerrar una historia a nivel estadístico, tienes que poner esta etiqueta, un diagnóstico. Pero siempre que he conocido a un paciente nunca lo he visto como un alcoholismo, como una cocainomanía, lo que sea… Para mi es una persona que tiene un problema, sea el alcohol o sea cáncer, y cada cual lleva su enfermedad a su manera y la expresión es distinta para el mismo problema de salud. En este sentido cada uno somos individualmente únicos e irrepetibles, y las complicaciones físicas, psíquicas y sociales son diferentes en cada persona.

Poder ayudar a esta persona no implica poder salvarlo, recuperarlo al 100%, aunque este sea el objetivo. Tampoco tienes que desmoralizarte si no puedes. Yo tengo una visión muy positiva, en el sentido de desmontar el mito que para estos no hay que hacer nada, por su condición de desahuciados, o mirarlos con pena o menosprecio… Qué va, son personas muy dignas que si tú puedes ayudarlas tienes que hacer todo lo posible por ayudarlas. Y en medicina siempre se dice que donde tú no puedas curar, siempre puedes aliviar, y esto es válido para todas las especialidades y problemas. Entonces hay casos en los que puede ser fácil ayudar a la persona, mientras otras veces será más difícil, y finalmente habrá quien no podrá salir. Pero a quien no sale de esta al menos le puedes ayudar a mejorar en algún aspecto, y hasta en los casos más complicados donde todo se va para abajo y parece que no hay solución, también hay una tarea importante que se puede hacer, ayudar a la familia que también está afectada. Muchas veces la familia se hunde espontáneamente, especialmente cuando el paciente no reacciona o no se motiva para su propia lucha.

Esto conecta con el concepto de co-dependencia. A la familia le resulta imposible no poder ayudar a aquella persona, y yo siempre les decía que no pueden ponerse en el lugar del paciente o hacer por ellos el camino, pueden ayudar mucho,pero llega un momento que ya no están en sus manos, y no es su fracaso personal si esa persona se termina hundiendo. Si no hay manera de ayudar a esa persona, la familia no solo tiene el derecho, sino la obligación de sobrevivir, aceptando que los parientes tienen su vida más allá de la persona que tiene el problema.

P: Supongo que a veces debe de ser difícil entender el mundo interior del paciente y que éste no quiere decepcionar a su familia. Es muy importante entonces la parte empática que tiene que tener el profesional para ayudar a la familia y el paciente.

R: Un tema muy importante para ayudar la familia y al paciente es la motivación. Ya desde cuando empecé a trabajar se tenía claro que la persona que no se quería recuperar, no lo hacía, porque es una lucha dura y necesitas como mínimo estar decidido a hacerlo, y aun estándolo es difícil. Por aquel entonces ya se pensaba que si una persona no estaba motivada, ya vendría cuando lo estuviera para empezar el trabajo. Si bien es cierto que la motivación es necesaria para empezar a trabajar de verdad, lo que no es cierto es que hayas de esperar a que la persona se ilumine y se motive para venir a buscar el tratamiento. No es así, pues si tú tienes contacto con ese paciente, aunque sea voluntario o forzoso, tienes que buscar entre todos los resortes para que esa persona encuentre su motivación. Y el modo en que la familia puede ayudar a que el paciente haga el clic puede ser ayudarle a descubrir esta motivación, en base a que tienen mucha información que quizá tú no tienes.

P: ¿Crees que ha mejorado la visión de las personas que tienen problemas de drogas en cuanto a su abordaje sin prejuicios, como personas que son?

R: Yo creo que sí, se ha evolucionado y un ejemplo son los enfoques motivacionales que ahora están tan de moda, que se dirigen a la persona ya todos sus resortes interiores. Antes ya se trabajaba, o al menos yo, desde modelos motivaciones casi sin saberlo, antes de que hubiera las teorías motivacionales.

P: Pero cuando estás delante de un paciente, sea alcohol o cannabis la sustancia motivo de consulta, ¿cuál es el factor más importante, el consumo en sí o problemas subyacentes?

R: A ver, depende de una confluencia de factores. Por un lado hay un factor genético o biológico que predispone a reaccionar de una determinada manera bajo los efectos de una determinada sustancia, que te hace buscar con más facilidad la ayuda de sustancias cuando tienes un problema. También hay factores metabólicos diferenciales, de personas más vulnerables que otras a desarrollar una dependencia.

Pero hay un factor decisivo que es el ambiental. Me acuerdo cuando empecé, conocí muchos pacientes que se convirtieron en alcohólicos «sin comerlo ni beberlo», como decía yo. Por ejemplo, muchos campesinos que toda la vida habían bebido de la bota en el campo, se habían alcoholizado pero sin tener ninguna conducta adictiva porque como era natural que continuaran bebiendo, no se escondían ni se sentían atrapados, bebían como si fuera agua. Y su alcoholismo se diagnosticaba cuando tenían que entrar al hospital por algún motivo y les cortabas el suministro de alcohol, y entonces te hacían un delirium tremens y salía el alcoholismo. Eran señores que tenían un vida social muy normal, con cirrosis hepática, pero sin conducta dependiente.

Hoy en día hay personas más vulnerables que otras, pero el alcohol está en todas partes y es la primera opción para colocarse, para salir de marcha y parece que el que no bebe es un bicho raro y tienes que justificarte para no beber, tanto si vas con gente joven como gente adulta. Es muy fácil beber y excederte aunque no tengas la intención de hacerlo, porque además los parámetros están muy distorsionados. Lo que se considera normal es a menudo excesivo.

No podemos olvidar que el alcohol y otras drogas tienen un poder adictivo a nivel biológico, al margen de si te gustan o no. En los típicos experimentos con ratas cuando les pones una mezcla de agua con alcohol, a las semanas si les das a elegir entre agua y alcohol, o sólo agua, pues las ratas se quedan con el agua con alcohol, y dejan de lado el agua. De este modo, tú puedes crear una dependencia alcohólica de laboratorio, por lo cual no hace falta ser un bicho raro para engancharse a esta u otras drogas. La sustancia tiene un potencial adictivo, si la tomas con más frecuencia y cantidad, es más fácil engancharse.

P: Cuando hablamos de la situación del consumo actual, se diferencia mucho entre adultos y jóvenes. Actualmente preocupa mucho el consumo de alcohol entre jóvenes, especialmente el consumo de las chicas. ¿Qué piensas de esto?

R: Todos estos atracones tienen unos efectos perjudiciales o como mínimos peligrosos, agudos: el coma etílico, el accidente de tránsito, una caída, una relación sexual no deseada con posible contagio de SIDA, que esto no lo piensan… Pero además, a medida que vas repitiendo estas conductas también te vas enganchando al alcohol, porque vas conociendo el impacto sobre tus emociones de estar colocado por el alcohol, y cuando tú descubres estas sensaciones de estar colocado es más fácil que la vuelvas a buscar, con el alcohol o con otras drogas. Es cuestión de repetir para terminar enganchándose…

P: Es como que la sensación de estar sobrio no se valora los suficiente…

R: Claro. A la persona que le gusta evadirse, busca esa huida cuando tiene la primera oportunidad. Y además es un aprendizaje, es decir, cuando uno se coloca con una sustancia y esto le ha resultado agradable, no sólo lo puede buscar para repetir esta situación lúdica o de placer, sino que le es mucho más fácil que busque esta solución cuando tenga cualquier problema. Y como la vida está llena de problemas, es muy fácil que repita. Y las personas con menos recursos de afrontamiento son más propensas a escaparse con las drogas.

P: ¿Crees que la educación en las escuelas, mediante talleres de prevención, funciona?

R: Es que claro, se hacen talleres con toda la buena fe, pero hay unos señores que tienen mucho más poder, es decir todo el marketing que hay en las drogas legales. Aun cuando se prohíbe la publicidad en determinadas circunstancias y determinadas graduaciones de bebidas, se hacen los patrocinios, se hace el product placement. O sea, que viendo una serie de TV te muestran que están bebiendo, y que cuando tienen un problema necesitan una copa… típica frase de cualquier película, novela o telenovela. Y estos mensajes van calando. El tratamiento del tema de drogas legales e ilegales es bastante banal en estos sitios, se pinta como una cosa muy divertida, sale la gente con total normalidad fumando porros, tanto mayores como jóvenes. Se hacen bromas con lo de hacerse unas rayas de coca, y todo esto es el ejemplo que puede ir calando, mucho más que el mensaje preventivo.

Pero por encima de todo, lo que más hay es promoción de las sustancias legales, porque las casas comerciales (alcoholeras y tabaqueras) pagan mucho dinero para introducir sus productos. Si bien con el tabaco se ha avanzado mucho en este sentido, porque hay restricciones, con el alcohol está clarísimo… Si invierten tanto dinero en publicidad directa o indirecta, con el product placement y los patrocinios, es porque rinde, porque si no, no lo harían.

P: Decías que con el tabaco hemos avanzado mucho, y las estadísticas de consumo de tabaco han ido mejorando ¿pero con el alcohol? Porque han tumbado dos veces la ley de alcohol…

R: ¡Y tanto! Mira la famosa ley del botellón, que era del PP, la tumbaron. No salió finalmente esta ley del botellón, pero sí apareció la ley de la viña y el vino, que no definía el vino como bebida alcohólica sino como una bebida fermentada, natural. Después, la socialista Elena Salgado intentó otra reforma y también la tumbaron. Recuerdo que por aquel entonces había debates en la TV y las alcoholeras la llamaban la ley contra el vino, por mucho que los demás se esforzasen en aclarar que era para cualquier bebida alcohólica.

P: En esta legislatura que termina ahora también ha pasado… con el PP.

R: Es que las alcoholeras son muy poderosas, tanto en todos lados como en España.

P: Pero entonces… ¿qué hacemos, nos olvidamos de las alcoholeras por el momento y nos centramos en desmitificar esto para sensibilizar el máximo de población posible?

R: Sí, claro. Se está avanzando mucho en este sentido, la gente es mucho más consciente y estamos en el buen camino. Cuando yo aún estaba trabajando ya se empezaba a educar a la gente sobre el significado del consumo de riesgo, se ha trabajado mucho en mentalizar a los médicos de atención primaria. Salen periódicamente mensajes en los medios de comunicación en el sentido de saber lo que estás bebiendo. En los medios ya hace años que se habla del consumo de riesgo, que las mujeres no beban más de dos copas al día, etcétera. Poco a poco va calando el mensaje, pero esto no es una tarea de un día. Por eso es muy importante la prevención, hacer todo lo posible desde el ámbito sanitario, escolar o del ocio juvenil. En general con los jóvenes es importante hacerles ver el valor de afrontar la vida con su propia consciencia o ego, que no hace falta tener una muleta adicional y es importante que tanto lo positivo como lo negativo lo encares de frente, pues la única manera de aprender a recibir los impactos emocionales de la vida, tanto positivo como negativos, es que sean auténticamente tuyos y seas tú mismo quien los proceses. No creo que puedas disfrutar más o ser más feliz por el hecho de estar colocado, y sí, quizá puedes hacer mucho ruido y alegría externa pero realmente disfrutas más de las cosas cuando más consciente eres más las puedes procesar, tanto las positivas pero también las negativas, para poderlas digerir.

El valor de la propia conciencia desnuda es muy importante, porque todo lo demás es un pegote. ¿Eras tú el que disfrutaba? ¿Eras tú el que afrontaba esta situación? Si estás acostumbrado a afrontar los problemas siempre bajo los efectos de una droga, el día que no la tengas, serás como un pollo desnudo sin saber qué hacer.

P: ¿La educación está dando respuesta a todo esto? Porque aún estamos anclados en el «no la puedes pifiar»…

R: Un tema que es importante en la educación es que los padres no pueden delegar la educación de los hijos a la escuela. Es decir, la escuela tiene que informar, formar, también educar, poner su granito de arena porque son muchas horas las que está con los niños. Pero la familia no puede desentenderse porqué es el primer y continuado mensaje educativo. En este sentido, uno de los mensajes básicos educativos y preventivos sería que un niño sepa que cuando hace algo, es porque realmente él quiere, no por imitación tan solo. Y esto lo puedes inculcar cuando son pequeños cuando ves que hacen una tontería solo porque lo ven del niño del lado. Los niños son muy miméticos pero también los adolescentes, como por ejemplo cuando fuman el primer cigarrillo porque los otros lo hacen, después podrán continuar o no. Inculcar a los niños que no hagan las cosas de manera automática sino que piensen si realmente lo quieren hacer.

Un niño puede ser muy bueno en algo pero tener dificultades en otras cosas. Lo importante es que uno se desarrolle y a fin de cuentas, los mínimos ya se conseguirán tarde o temprano. No hace falta destacar en todo y no hace falta sentirse diferente porque en algún aspecto tienes dificultades.

P: Para terminar, ¿qué proyectos o retos tienes de ahora en adelante?

R: Después de jubilarme mi prioridad es la familia, hijos y nietos evidentemente pero también la gente mayor de la familia. Pero el tiempo que me dedico a mí misma, es sobre todo para escribir, sin descuidar actividades culturales, que comparto con amigos. Tengo el proyecto de no dejar de escribir. Y de publicar lo escrito, que no es fácil. Me gustaría llegar a mucha gente. Por cierto que la novela «Si te llaman Mercedes» está editada en versión digital por SB e&Books, pudiendo descargarse en las siguientes plataformas: AmaBook, Amazon, Itunes, FNAC y Casa del libro, entre otras. Por ahora no está prevista una edición en papel.

P: ¿Cuándo sueles escribir?

R: No me he puesto horario de escritora, aunque me gustaría estar cada día unas horas sentada y tener un horario organizado, pero el día a día no siempreme deja. Va como va, si estoy sola y no tengo compromiso escribo a cualquier hora y varias horas. Voy escribiendo con cierta regularidad, pero me es más fácil escribir cuando estoy fuera de Barcelona, cuando no tengo más que hacer.

P: ¿El tema de las drogas se verá presente en alguna de tus siguientes obras?

R: No, no. En otros borradores ya no sale en absoluto, ni en el registro ni en el tono. Porque en el caso de Laura, déjala correr con el lenguaje que tiene ella y todo lo demás… Pero las otras obras son de temas completamente diferentes.

P: ¿Crees que tu extensa trayectoria profesional ha influenciado en el tema de la novela sobre Laura?

R: Sí es que los impactos más potentes emocionales son sobre lo que he vivido profesionalmente. Cuando tratas con pacientes y sobretodo con personas con problemas tan amplios como personas que tienen drogodependencias, entras en contacto con problemáticas que van más allá de la clínica, entre comillas, porque cada uno tiene su trayectoria personal y sus dramas diversos. Me acuerdo de una paciente que estaba visitando y debía tener unos 50 años o 60 años, una señora mayor, y de repente se me puso a llorar y salió un incesto de su padre. No era el motivo de la consulta evidentemente, y llevaba tiempo tratándola, y nunca había salido ese tema, pero supongo que cuando ya me cogió suficiente confianza y hablando sobre cosas que no venían al caso, pues se puso a llorar y me contó esto. Que en realidad todo viene al caso.

Cuando conoces con el tiempo a la gente te explican unos traumas de toda índole, y entre esto y lo que vas viendo y leyendo… Claro, temas hay muchos que me llaman la atención, que me afecten o que los haya tratado o no. Soy médico pero al margen de esto también persona, y persona sensible que tengo los ojos bien abiertos y que todas las cosas que me impactan me las quedo dentro, y a veces estas cosas que me impactan son interesantes para analizarlas y profundizar en ello, me da que pensar en las personas que sean portadoras de este problema y qué derivaciones puede tener y bueno… así voy pensando novelas: las vivencias que he ido acumulando, acaban saliendo de un modo u otro, transformadas porque yo no cuento la historia de nadie real, yo hago ficción.