Los ancianos son muy vulnerables a los contaminantes ambientales; sin embargo, muy pocos estudios han evaluado los riesgos para la salud derivados del tabaquismo pasivo en adultos mayores.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Centro de Investigación Biomédica En Red: Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (JHSPH) han analizado la relación entre la exposición pasiva al humo del tabaco y la probabilidad de padecer síndrome de fragilidad en ancianos.

Este síndrome tiene mucha importancia, porque aquellos que lo padecen (aproximadamente un 6% de los participantes del estudio) presentan un riesgo elevado de sufrir caídas, desarrollar discapacidad y dependencia, e ingresar en un hospital o residencia.

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