Todo empieza con un porro en el patio del instituto o parque que circula de mano en mano entre toses y risas. «Es mucho peor el tabaco por todo lo que le echan. La maría sale directamente de la planta y es más natural», señala la mayoría de los adolescentes que alguna vez lo ha probado. Natural es. Inocua ya no tanto. Los científicos del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estados Unidos acaban de lanzar una alerta sobre los riesgos que el cannabis provoca en la salud mental y capacidades cognitivas de los adolescentes. La investigación ‘Effects of Cannabis Use on Human Behavior’, publicada en la revista médica JAMA Psychiatry, señala una disminución neuropsicológica que se agrava cuanto más temprana es la edad a la que se inicia el consumo.

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